El mandatario de los colombianos, defendió el Acuerdo de Paz con Las Farc, y señaló que, a pesar de las dificultades, se tienen importantes avances en el fin del conflicto más antiguo y sangriento del hemisferio occidental, e hizo un llamado a la comunidad internacional para que abandone la llamada guerra contra las drogas.
En el presidente Juan Manuel Santos asistió al foro “paz sostenible” en la sede de la ONU, en Nueva York. Habló casi como expresidente y nobel de paz, defendió con vehemencia los avances del Acuerdo con las Farc y convocó al concierto de naciones a replantear el enfoque en la lucha contra las drogas, pues según el mandatario lo único que ha traído es más droga, muerte y nuevo carteles.
Santos partió de defender su principal obra de Gobierno: el Acuerdo de Paz con las Farc. “Así como hacer la paz es más difícil que hacer la guerra, construir la paz es más difícil que silenciar los fusiles. Pero es el desafío más sublime, más trascendental que nación alguna deba superar. El único que nos permite el desarrollo, la prosperidad y el entendimiento”, expresó el jefe de Estado.
El mandatario explicó que el desafió más grande para un proceso de paz es encontrar el equilibrio entre paz y justicia, y señaló que en esa disyuntiva las víctimas y sus derechos fueron el derrotero que condujeron a un acuerdo de fin del conflicto. Y en este plano defendió el sistema de justicia, verdad, reparación y no repetición que planteó el Acuerdo de La Habana.
“Establecimos, más que un tribunal, un verdadero sistema de verdad, justicia reparación y no repetición. Es la primera vez en la historia en la que las dos partes acuerdan un sistema de justicia y luego someterse a ella, en línea con el Estatuto de Roma”, dijo, no sin antes explicar que el sistema busca juzgar y castigar a los máximos responsables de los más graves crímenes ocurridos durante cinco décadas de guerra, y que este esta orientado desde el concepto de la justicia restaurativa.
“El principal anhelo de muchas víctimas es conocer la verdad de lo que sucedió con sus seres queridos, incluso más que la sanción a los responsables. Para cumplirlo, creamos una comisión de la verdad encargada precisamente de establecer la verdad de lo ocurrido en el marco del conflicto. Y no hay necesidad más apremiante en la búsqueda de la verdad que saber que pasó con las personas desaparecidas durante el conflicto. Por ello, y como parte del sistema de justicia transicional, creamos una Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Logramos que –en menos de un año y medio—esos tres elementos ya estén funcionando. El buen éxito de sus labores es esencial para lograr una paz estable y duradera”, agregó el mandatario.
A partir de eso dio cuenta de los avances en materia de restitución de tierras y de reintegración de los excombatientes. También mostró los avances en desminado humanitario, puntualizando que de los 670 municipios contaminados por minas antipersonales, 225 ya se encuentran libres de sospecha de presencia de este tipo de artefactos y finalmente, Santos se enfocó en la lucha contra las drogas, un problema que parece marchar a pasos agigantados en el país, y que según se rumora, ya sobrepasa las 200 mil hectáreas de cultivos ilícitos.
“Como lo dije hace dos años en la Sesión Especial de la Asamblea General, la guerra que declaró el mundo contra las drogas hace más de 40 años, no se ha ganado. La estrategia basada exclusivamente en la prohibición y la represión solo ha generado más muertos, más presos, más organizaciones criminales más peligrosas. Hoy el narcotráfico sigue siendo la principal amenaza contra la paz. Los carteles transnacionales asesinan líderes sociales comprometidos con la sustitución de cultivos. La lucha por tomar control del negocio –que seguirá siendo negocio mientras la demanda siga existiendo—genera muertos y más violencia en Colombia y en la región, como lo vivimos hace una semana en Ecuador”.
Santos fue enfático en que si se quiere ganar la guerra contra el narcotráfico se tiene que cambiar de estrategia. “Quiero reiterar –una vez más—mi llamado urgente al mundo para que abramos los ojos. Que reconozcamos que si seguimos haciendo lo mismo, seguiremos teniendo los mismos resultados: Más presos, más muertos, mafias más fuertes”, agregó.
Finalmente dio cuenta de los avances en el cumplimiento del Acuerdo de Paz, y resaltó que de los 558 puntos pactados se avanza en la implementación de 238, lo que equivale a un 43%, según un informe del Instituto Kroc de Estudios Internacionales para la Paz, de la Universidad de Notre Dame. “Esa es la esencia del concepto de paz sostenible que nos convoca hoy: un enfoque que incluye el fin de la violencia, la reconciliación entre las personas y con el medio ambiente, y un compromiso decidido con el desarrollo sostenible. (…) Compartimos nuestra historia para lo que pueda servir en tantas zonas de nuestro planeta que sufren los rigores de la guerra. Y lo hacemos convencidos de que poner fin a los conflictos armados –incluso a los más complejos y largos– es posible. No son solo palabras o buenas intenciones. Los hechos están a la vista. En Colombia, con el apoyo de la comunidad internacional… ¡hicimos posible lo imposible!”, concluyó.