Tras los distintos escándalos de corrupción que han sorprendido a Latinoamérica como los Papeles de Panamá, Odebrecht, Cambridge Analytica o Lava Jato, han orientado a que el foco central de la próxima Cumbre de Las Américas que se llevara a cabo en Perú, sea la gobernabilidad democrática frente a la corrupción.
Los objetivos de la cumbre fueron anunciados en junio del 2017 y Perú como país sede del evento propuso que el tema central fuera: «el tratamiento de los efectos de la corrupción en la institucionalidad democrática, la gobernabilidad y los objetivos de desarrollo sostenible adoptados por la comunidad internacional en la Agenda 2030, a la luz del andamiaje normativo internacional existente» así lo expresa la página web de la Representación Permanente de Perú frente a la OEA.
La forma de abordar este problema en 2018 se ha vuelto imperativo frente a los escándalos previamente mencionados que parecen azotar al continente latinoamericano, como lo señala Transparencia Internacional en una publicación de su Índice de Percepción de la Corrupción : “a fin de favorecer realmente los esfuerzos contra la corrupción en América Latina y el Caribe, los gobiernos deberían fomentar la voluntad política en este sentido y demostrar que tienen un compromiso sostenido y a largo plazo con las reformas para erradicar la corrupción”