Una ONG denunció hoy en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que hay casos de tráfico de personas en EE.UU. que quedan en la impunidad porque las personas implicadas gozan de inmunidad diplomática.
La inmunidad legal de la que gozan embajadores y otros enviados especiales de países donde el tráfico de personas es habitual impide a las fuerzas de la ley estadounidense actuar en muchos de estos casos, lo que deja a las víctimas en una situación de «total indefensión», dijo una representante de Freedom Network.
«Seguimos preocupados por la seguridad de las víctimas. Creemos que el Gobierno no ayuda lo suficiente a esta gente», aseguró en la audiencia ante la CIDH la activista de Freedom Network Lorrie Burke, quien también pidió que la lucha contra la trata de personas incluya a las organizaciones no gubernamentales.
«El Gobierno de EE.UU. cuantifica los éxitos de la lucha contra la trata en base al número de detenciones. Creemos que hay que prestar más atención a las víctimas y lograr su cooperación, lo que, además, traerá mayores detenciones», indicó Burke.
Los peticionarios aportaron el testimonio en primera persona de una ex víctima de la trata por parte de miembros de la diplomacia, Zipora M., quien pidió a Efe mantener el anonimato de su apellido por temor a posibles represalias.
«Nací en Tanzania y, cuando tenía veinte años, un diplomático de mi país me trajo a EE.UU. para que trabajase en su casa. Me prometió 900 dólares al mes y trabajo de 40 horas semanales, pero al llegar aquí trabajé cada día de seis de la mañana a once de la noche y, en cuatro años en su casa, jamás me pagó un sueldo», explicó Zipora.
«Me sentía como una esclava. Finalmente, me escapé de la casa y denuncié lo que había vivido ante el Departamento de Justicia, pero jamás tomaron en cuenta mi caso», agregó.
Zipora M. aseguró que nadie quería aceptar su caso a causa de la inmunidad diplomática del presunto traficante.
«Hace nueve años que me escapé y aún no ha habido juicio. Sigo esperando justicia», sentenció.
Por su parte, el representante de la Oficina para el Combate del Tráfico de Personas del Departamento de Estado de EE.UU. Luis de Baca reconoció el problema y lamentó que, en muchos casos, su oficina se ve «incapacitada para actuar» a causa de la protección de la que gozan los cuerpos diplomáticos.
«Aun así, hemos extendido nuestras quejas siempre que hemos podido a los cuerpos diplomáticos internacionales», añadió el funcionario estadounidense.
La delegación del Gobierno recogió el guante lanzado por Freedom Network y, a través de la representante del Departamento de Seguridad Nacional Alex Hill pidió a las ONG que «si tienen constancia de algún caso en el que no se esté ayudando lo suficiente a las víctimas» se lo comuniquen.
«Hemos combatido la trata de personas con multitud de programas y políticas. Llevamos a cabo una política de tolerancia cero», remachó la funcionaria.
Desde la CIDH, el comisionado colombiano Rodrigo Escobar Gil reconoció el «esfuerzo» realizado por el Gobierno de EE.UU. para luchar contra la trata, aunque lo tildó de «insuficiente», puesto que, a su juicio, «si bien es verdad que hay que perseguir con contundencia a los traficantes, también hay que prestar asistencia a las víctimas, concluyó.
(EFE).-