Los empresarios canadienses deben preparar su plan de contingencia si las amenazas de Trump se hacen realidad
La creciente incertidumbre sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte significa que las empresas deben prepararse, para lo peor, incluida la posibilidad de que el presidente de los EE. UU., Donald Trump, abandone el acuerdo.
El primer paso es que las empresas entiendan que esto es muy real y que necesitan pensar en un plan de contingencia.
No hay que olvidar, que, en la campaña electoral del año pasado, el candidato Trump prometió desmantelar el NAFTA -el acuerdo comercial entre los Estados Unidos, Canadá y México que cumple ya 23 años de vigencia y que actualmente se renegocia.
Trump ha reiterado sus amenazas de dejar el tratado, situación que sus homólogos de Canadá y México consideran imposibles, pero los especialistas en el tema económico ya encendieron las alarmas afirmando que las palabras del mandatario norteamericano son en serio.
Queda por verse si Trump de hecho intentará retirarse y cómo reaccionará el Congreso de los Estados Unidos, si México y Canadá seguirán hablando y qué significaría eso, en términos reales, para el comercio transfronterizo entre los tres países.
La comunidad empresarial y agrícola de EE. UU. Ha estado intensificando sus esfuerzos para convencer al Congreso, que podría usar sus poderes legislativos para dificultar que Trump salga del acuerdo, que no están de acuerdo con el abandono del mismo.
Hay algunos asuntos prácticos a considerar, como echarle un vistazo a la cadena de suministro para determinar qué tan expuesto estaría un negocio si se cumplen algunas de las propuestas más estrictas, como reglas de origen más estrictas para los materiales utilizados en la fabricación de automóviles.
Esto debería incluir el examen de certificados de origen y el mantenimiento de registros, ya que es probable que tanto las empresas como los funcionarios de aduanas comiencen a aplicar un mayor escrutinio a medida que se preparan para la nueva forma de hacer las cosas.
Es hora de abrocharse el cinturón y echar un vistazo a eso, porque estas propuestas van a aumentar la conciencia en toda la cadena de suministro.
Hay que tener en cuenta que NAFTA no es lo único tratado que está adelantando la administración Trump. El mandatario norteamericano está mirando a Asia. Además, está intensificando sus actividades comerciales en todo el mundo. La estrategia comercial de Trump funciona en dos vías: endurecer América del Norte, mientras que también apunta a los bienes que llegan desde el exterior.
Eso plantea la pregunta de si las empresas canadienses deberían pensar en empacar y trasladarse al sur.