Esta semana la polémica en los medios de comunicación y redes sociales de Colombia giron entorno al Tesoro Quimbaya que exhibe el Museo de América de Madrid.
La controversia se dio luego de conocerse, la sentencia de la Corte Constitucional de la nación sudamericana, esta semana, que ordena al Ejecutivo de Juan Manuel Santos iniciar las gestiones para que las 122 piezas de exquisita orfebrería que regaló el presidente Carlos Holguín a la reina María Cristina en 1893 regresen a su país de origen.
Será una descendiente del mandatario, la ministra de Exteriores, María Ángela Holguín, la responsable de abrir una senda dialogada para convencer al Gobierno de Mariano Rajoy de la justicia de sus pretensiones. En caso de una negativa, el siguiente paso será acudir a la Unesco para que el organismo internacional obligue a devolver las joyas precolombinas.
El fallo del alto tribunal es el final de un largo periplo judicial que emprendió un grupo de abogados en el 2006, si bien el requerimiento como nación viene de mucho más atrás.
Felipe Rincón, padre de la iniciativa, enfrió el optimismo que despertó la sentencia, al aclarar que «no obliga a ningún otro país, sino que tiene un efecto al interior. El Ejecutivo tiene que solicitarle a España la devolución, empezar un acercamiento diplomático y si el Gobierno español no lo devuelve, podemos acudir a la Unesco, que trata las cuestiones referentes a bienes culturales que han salido de manera ilegal de los países», adujo en RCN Radio.
En su día, el Presidente Holguín informó al Congreso colombiano de la época, que había regalado las piezas «en agradecimiento por asumir la corona los costos de dirimir un conflicto limítrofe con Venezuela», recuenta Rincón. «Fue la confesión de la violación de la Constitución, no podía regalar bienes sin previa autorización del Congreso y la suya fue una autorización posterior. Además, el gobierno compró la colección a un guaquero con lo cual se trataba de bienes públicos que no se pueden regalar».
En realidad adquirieron al buscador de tesoros 433 piezas de la orfebrería Quimbaya, quizá el pueblo precolombino que elaboraba sus figuras con una mayor calidad y belleza. Enviaron la colección al exterior para mostrarla en diversos países, pero a España solo llegaron las famosas 122 y el resto permanece en paradero desconocido. Aunque son doradas, su material es una aleación de cobre y plata.
«Nuestra Corte descubrió lo que no pudo la física hasta ahora: viajar al pasado y anular decisiones de hace más de cien años. Es un precedente emocionante porque si vamos a poder recuperar 122 piezas arqueológicas entregadas lícitamente a España, bajo las leyes de su tiempo, con más razón vamos a poder recuperar Panamá, que no se entregó lícitamente», comentó a este diario en tono irónico el abogado bogotano Juan Carlos Moncada, experto en litigios de tesoros arqueológicos.
Poco se conoce de la historia de los Quimbayas, salvo que habitaban las tierras que hoy con forman el llamado Eje Cafetero, en el centro de la nación, que eran laboriosos, prósperos y pacíficos y dejaron de existir alrededor del año 1700.
En todo caso, no es la única disputa entre ambos países por joyas del pasado. Es reciente el debate entorno al mítico Galeón San José, que era español y se hundió con su fabulosa carga en aguas de Cartagena de Indias. El presidente Juan Manuel Santos proclamó que no entregará ni una moneda a España, que sólo pertenece a Colombia, puesto que fue el país que lo halló en las profundidades marinas.
En el caso del Tesoro Quimbaya, el portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez Vigo, afirmó ayer que «las relaciones entre colombianos y españoles son muy grandes y haremos lo que se hace siempre con los amigos, cuando nos llegue el requerimiento del Gobierno de Colombia, lo estudiaremos con gran atención».