En las últimas horas, Trump recibió dos golpes judiciales en contra de su tercer veto migratorio, proclamado el 24 de septiembre y que impide de manera indefinida la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de ocho países: Irán, Libia, Siria, Yemen, Somalia, Chad, Corea del Norte y Venezuela.
Dos jueces -primero uno de Hawái y, luego, uno de Maryland- bloquearon de manera temporal el veto migratorio de Trump al considerar que podría dirigirse contra una minoría religiosa y, por tanto, violar la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de culto.
En un fallo emitido el martes por la noche y dado a conocer hoy, el juez de Maryland, Theodore D. Chuang, consideró que las declaraciones que Trump hizo en Twitter y durante la campaña de 2016 pueden ser prueba de que, en realidad, el mandatario busca crear un «veto musulmán» para prohibir la entrada a EE.UU. de miembros de esa religión.
En ningún caso, los fallos de los jueces afectan a Corea del Norte o Venezuela, países donde viven muy pocos musulmanes y donde, por tanto, no puede probarse que el presidente busca discriminar a los miembros de esa religión, el argumento usado para las otras seis naciones.
Según el juez de Maryland, el veto de Trump impedirá la entrada de «menos de 100 personas» desde Corea del Norte, donde los viajes a Estados Unidos están bloqueados, y desde Venezuela, donde las restricciones no se aplican a toda la población, sino a algunos funcionarios y su «familia inmediata».
En concreto, quedan sancionados los funcionarios de Venezuela encargados de proporcionar a EE.UU. información sobre la identidad de los venezolanos que ingresan a su territorio, es decir, los trabajadores del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, entre otras instituciones.
El Gobierno de Trump sostiene que Venezuela se niega a «compartir adecuadamente» información sobre sus ciudadanos y, por ello, ha decidido restringir la entrada de los funcionarios encargados de esa labor con el fin de presionar al Ejecutivo Venezolano a mejorar su intercambio de información con EE.UU.
La mayoría de los venezolanos no sufrirán esos impedimentos, aunque, a partir de hoy, los que estén en Estados Unidos con un visado podrán ser sujetos a «medidas adicionales apropiadas» para garantizar que su información está actualizada y en regla.
También, a partir de hoy, el Gobierno de EE.UU. ejecutará unos nuevos procedimientos para vigilar las redes sociales de todos los inmigrantes que ingresan en el país, una política implementada en 2012, informó a una agencia de noticias un alto funcionario del Departamento de Seguridad Nacional, encargado de la política migratoria.
Según figura en el Registro Federal, el diario oficial del Gobierno de EE.UU., el Departamento de Seguridad Nacional está recolectando información sobre el historial de búsqueda en Internet de los extranjeros que viven en el país, así como sus alias y el contenido que tienen en los perfiles de sus redes sociales.
Según dijo a una agencia de noticias una portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Joanne Talbot, esta norma no «representa una nueva política», puesto que ese departamento ya accedía en el pasado a la información disponible de manera pública en las redes sociales.
No obstante, esa cuestión ha desatado una gran preocupación entre grupos defensores de los inmigrantes y de los derechos civiles, como la Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU), que considera que la norma forma parte del «preocupante crecimiento» de la vigilancia de EE.UU. sobre los internautas.
Un centenar de personas se concentró hoy delante de la Casa Blanca para protestar por ambas medidas y pedir a Trump que abandone sus esfuerzos para prohibir la entrada de musulmanes al país.
Trump ha intentado hasta en tres ocasiones implementar un veto migratorio, cuya primera versión fue proclamada el 27 de enero.
Después de un gran caos en los aeropuertos y numerosos reveses judiciales, Trump proclamó en marzo su segunda iniciativa contra refugiados y países de mayoría musulmana, que entró en vigor en marzo y que fue sustituida por ese tercer veto, proclamado en septiembre y que comenzó a aplicarse hoy de manera parcial.