La construcción del muro fronterizo con México, una de las mayores promesas de la campaña del presidente estadounidense, Donald Trump, ya tiene una fecha tentativa. Según lo dijo la directora encargada de la Patrulla Fronteriza, Carla Provost, ante el Comité de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, los trabajos empezarían en la primavera del próximo año, es decir, entre marzo y abril de 2018.
La fecha es tentativa porque depende de que el Congreso apruebe el presupuesto que Trump le presentó para el muro y desembolse los fondos. Pero el Legislativo aún no ha hecho su parte. De hecho, se ha mostrado bastante esquivo para aprobar el monto requerido por el mandatario.
El presidente pidió en el presupuesto del año fiscal de 2018 1.600 millones de dólares para empezar la construcción de la barrera, un costo que es bastante inferior si se tiene en cuenta que los cálculos del mandatario fijan el precio total de la construcción en 12.000 millones de dólares, aunque otras estimaciones, como la del Departamento de Seguridad Interior, la fijan en 20.000 millones.
Prioridades
En la declaración de Provost ante el Senado quedó claro cuáles son las zonas prioritarias para empezar la construcción del muro. Según comentó, estas serían dos: San Diego (California) y la zona del Valle del Río Grande de Texas. Ambas presentan sus particularidades. San Diego, por ejemplo, ya tiene una valla. Sin embargo, como lo dijo Provost, hay que reforzarla, pues esta área es una de las más transitadas por el crimen organizado, lo que implica la construcción de 28 millas de valla, que también ayudarían a reforzar la que existente entre El Paso (Texas) y Ciudad de Juarez (México).
El Valle del Río Grande de Texas, por su parte, sería el punto de partida para la edificación del muro. Según el testimonio de la directora encargada de la Patrulla Fronteriza, esto implicaría empezar con el levantamiento de 32 millas de muro el otro año.
La frontera entre México y Estados Unidos abarca un total de 3.100 kilómetros. En este momento 1.000 de esos 3.100 ya tienen vallas, gracias a una ley que fue aprobada en 2006. Es decir, que el gobierno de Trump se tendría que encargar, en un principio, de los 2.100 kilómetros restantes.
No obstante, Provost aseguró que no todos los tramos de la frontera necesitan muro, pues hay lugares específicos que por su condición y los recursos naturales con los que cuentan son suficientes. Sitios como los parques o lagos de Texas, son un ejemplo.
Escollos
Trump prometió que los mexicanos iban a pagar su muro. Lo que causó, por supuesto, varias rencillas y peleas diplomáticas con el gobierno que preside Enrique Peña Nieto, a tal punto que se canceló una visita que estaba planeada para el encuentro de los dos mandatarios en Washington.
México siempre negó que fuese a pagar el muro. Pero el presidente estadounidense siempre dijo que tenía un plan para que desembolsaran los recursos aún en contra de su voluntad. Se habló, en su momento, de aranceles a las importaciones mexicanas. Luego apareció el tema de la salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues Trump consideraba que era bastante ventajoso para México y poco, para Estados Unidos.
Sin embargo, ninguna de las dos cosas ha sucedido por ahora, pues incluso se llegó a un acuerdo de renegociación entre los tres países que hacen parte del TLCAN, en el que también está Canadá.
Es aquí donde se presenta el primer escollo. El presupuesto que le presentó Trump al Congreso no da cuenta de cómo México va a financiar el muro, lo que causó cierto escepticismo en varios congresistas, a quienes les quedó la sensación de que serían los estadounidenses los que terminarían pagando el muro.
Trump intentó calmar los ánimos y dar seguridad diciendo que México reembolsaría el costo luego de que el Congreso aprobara el presupuesto y desembolsara el dinero para la construcción del muro.
Pero eso no ha sido suficiente, y además de la férrea oposición demócrata, minoría en el Legislativo, varios de sus correligionarios republicanos se han mostrado indecisos en ese tema, por lo que, hasta ahora, no se ha podido aprobar este presupuesto.
Ahora bien, el segundo escollo se presenta en los terrenos en los que se piensa construir el muro. Provost dijo ante el Senado que eso no iba a ser un problema pues el gobierno ya está trabajando en llegar a acuerdos con los propietarios de las tierras donde se va a erigir la barrera. Pero la tarea no será sencilla, pues con tanta oposición que ha tenido el muro, incluso en su propio país, es posible prever que muy pocos propietarios estarían dispuestos a vender sus tierras para esta causa.
Redacción Internacional *Con información de ‘El País’ y el Universal de México.