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¿Acceder a Obama por 500.000 dólares?, la Casa Blanca lo niega

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Imagen de archivo del presidente de EE.UU., Barack Obama. EFE

Los planes de la organización creada por la campaña de Barack Obama para apoyar su agenda de gobierno han disparado las alarmas al saberse que contemplan acceso directo al presidente previa donación de 500.000 dólares y han obligado a la Casa Blanca a salir al paso de las críticas.
La polémica estalló tras revelar el New York Times que «Organizing for Action» (OFA), creada tras las elecciones como organización sin ánimo de lucro de apoyo a Obama aprovechando el aparato de campaña y las sofisticadas bases de datos clave en su reelección, ofrece la posibilidad de eventos con el presidente cuatro veces al año.
En general, los políticos estadounidenses utilizan organizaciones de ese tipo, pensadas para promover asuntos sociales, para no estar limitados a las regulaciones tradicionales de la financiación de partidos.
La novedad es que OFA ha elegido una figura que le permite prolongar el brazo de la campaña electoral de Obama del 2012, con sus 2 millones de voluntarios, 17 millones de direcciones de email y 22 millones de seguidores de Twitter.
Tras cuatro años de batallas legislativas con un Congreso dividido, el equipo formado para la reelección de Obama optó por su arma más poderosa con el fin de impulsar la agenda política de la Casa Blanca: la extensa red de ciudadanos que lo respaldaron en las elecciones.
Y resulta que OFA no tiene que revelar nombres de donantes ni está sujeta a límites de recaudación.
Este mismo miércoles, la organización envió millones de correos electrónicos personalizados acusando a los republicanos de no querer negociar para evitar los recortes automáticos del gasto público por 85.000 millones de dólares que se prevé entren en vigor mañana.
El problema, más bien moral y de principios, surge al conocerse que OFA quiere recaudar al menos 50 millones de dólares y ha prometido a los grandes donantes un puesto en su consejo con la posibilidad de tener acceso a Obama de forma trimestral.
«Esto huele mal», dijo en un comunicado Bob Edgar, presidente de la asociación por el buen gobierno Common Cause, que ha pedido a Obama que cierre OFA.
«El acceso al presidente nunca debería estar en venta», insistió Edgar, quien puso en duda la independencia de estas organizaciones pensadas para apoyar políticas fuera de la estructura de los partidos.
OFA, que ha prometido regularse a sí misma, está dirigida por Jon Carson, antiguo responsable de la oficina de la Casa Blanca creada para acercar la presidencia a la ciudadanía, y cuenta con la participación del poderoso estratega demócrata Jim Messina y el expresidente Bill Clinton.
En una reunión privada el mes pasado en Washington, Messina aseguró que «(OFA) está construyendo un consejo nacional que se llenará con personas de esta sala», en referencia a influyentes fortunas presentes en el evento convocado por la organización, que se define como un «movimiento popular».
Messina argumentó, en declaraciones que publica hoy el diario The Wall Street Journal, que si los rivales de Obama pueden crear organizaciones sin ánimo de lucro para bloquear las iniciativas del presidente, no hay motivo para que otros no puedan hacer lo mismo.
«Estamos avanzando», afirmó.
Katie Hogan, portavoz de OFA, asegura a su vez que la organización ha prometido revelar el nombre de sus donantes y no acepta dinero de grupos de presión: «No hemos prometido acceso al presidente. Quienes participan en OFA lo hacen porque creen en la agenda del presidente».
Estos comentarios contradictorios de los asesores preocupan hasta a defensores a ultranza del presidente, como el canal MSNBC. Su corresponsal jefe ante la Casa Blanca, Chuck Tood, dijo esta semana que las insinuaciones de OFA tienen «mala pinta» y son «la definición de venta de acceso (al presidente)».
Abierta la polémica, la Casa Blanca no ha tenido más remedio que salir al paso. El lunes, en su rueda de prensa diaria, el portavoz Jay Carney defendió los esfuerzos de Obama para reducir la influencia del dinero en la política y negó que se esté poniendo en venta el acceso al presidente a través de OFA.
«Hay una serie de reglas que gobiernan la interacción entre los funcionarios del Gobierno y grupos externos y los funcionarios de la administración siguen esas reglas», explicó Carney.
Y prometió que «ni la Casa Blanca ni funcionarios del Gobierno recaudarán dinero para Organizing for Action y aunque pueden aparecer en eventos de OFA adecuados (…) no recaudarán dinero».

(EFE).-

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