El consejo de la capital de Ontario, ha dado luz verde a los peajes propuestos por el alcalde John Tory.
En una votación de 32-9, el consejo aprobó el plan de Tory y dio al personal de la ciudad la aprobación para comenzar un análisis en profundidad que allanaría el camino a la implementación de peajes en la Expansión de la Gardiner. Y Don Valley Pkwy.
El personal estimó que el peaje podría entrar en funcionamiento en las arterias clave de acceso al centro de la ciudad en el 2019 o 2020. El estudio volverá para la revisión del consejo el próximo año.
Momentos después de la votación, que tomó más de una hora debido a decenas de enmiendas, Tory declaró que la ciudad había roto años de «paralización e indecisión» con el respaldo de los peajes.
-No se equivoque -dijo Tory-. «Lo doy hoy demuestra un apoyo abrumador a un verdadero plan para construir una verdadera red de tránsito con una respuesta real sobre cómo pagaremos por ella».
La votación también significa que la ciudad pedirá al gobierno liberal de Ontario cambios regulatorios que permitirían el peaje en ambas autopistas. Tory ha propuesto un peaje de $ 2 que podría recaudar hasta $ 200 millones al año.
«He sido honesto con la gente de Toronto sobre lo que necesitamos construir y cómo lo vamos a hacer», dijo.
El triunfo de Tory sobre los peajes fue empaquetado con otro impuesto adicional para los hoteles de un 4%. El concejal Giorgio Mammoliti se enfrentó con casi todos los concejales que apoyaron los peajes o propusieron nuevos impuestos.
Comentario editorial:
La propuesta de Tori llega en un momento en que los ciudadanos residentes en Toronto no soportan más gastos para sobrevivir. Por un lado, el impuesto a la propiedad que es supremamente costos. Por otro lado, los servicios públicos como el gas y el Hydro no seden terreno en costos, esto, sumado a la burbuja inmobiliaria que vive la ciudad donde los precios de las propiedades han convertido casi imposible conseguir un lugar decente para invertir.
El alcalde de Toronto consiguió la aprobación de los peajes, con el argumento de necesitar más ingresos para cubrir los gastos de mantenimiento de las autopistas y desarrollar proyectos a futuro. Para los críticos este impuesto solo servirá, para mantener los altos salarios de los funcionarios públicos de la ciudad y sostener la burocracia administrativa de la capital de Ontario.
El consejo de Toronto debe recordar que ciudades donde se aplicó este impuesto como Detroit y Chicago terminaron por acabar el bolsillo de los los contribuyentes que simplemente se fueron del centro de la ciudad porque no podían con más gastos e impuestos. Esto a la postre genero problemas financieros a estas ciudades. En el caso de Detroit llevándola a la quiebra.