La Unión Cristianodemócrata (CDU) alemana cerró hoy su congreso federal con un giro a la derecha y en claro desacuerdo con su líder, Angela Merkel, contraria a propuestas como la abolición de la doble nacionalidad para los hijos de inmigrantes.
«No va a haber cambios en esta legislatura», afirmó Merkel, después de que su partido a pronunciara a favor de derogar la ley vigente, aprobada por su gran coalición de Gobierno, y reimplantar la obligatoriedad de optar entre la nacionalidad de origen o la alemana.
La moción, que obtuvo el respaldo mayoritario de los delegados, «no es correcta», indicó la canciller tras cerrar el congreso, celebrado en Essen (oeste) y en el que el día anterior había sido ratificada como presidenta por un 89,5 % de los votos.
Ese porcentaje, claramente inferior al récord del 98 % obtenido en 2012, había desatado ya interpretaciones sobre una presunta debilidad en su liderazgo, a lo que siguió hoy una muestra de desobediencia hacia la jefatura inusual para Merkel.
El disenso en torno a ese moción dejó en evidencia las presiones internas por forzar a la canciller a dar un vuelco derechista a su línea, sea por convicción o como estrategia electoral.
Merkel no sólo expresó su rechazo a ese pronunciamiento, sino que además se mostró contraria a incluirlo en la campaña para las generales, previstas para septiembre de 2017, en las que aspira a lograr su cuarto mandato como canciller.
Contra la moción se habían pronunciado ya ante el congreso el ministro del Interior, Thomas de Maizière, y el presidente del Parlamento, Norbert Lammert, que la consideraron inviable.
El titular de Interior argumentó que no es practicable derogar la cláusula de la doble nacionalidad, ni ahora ni tras las elecciones, ya que cualquiera de los potenciales socios de coalición de la CDU la bloquearía.
Con ello apuntó a que la única formación que la respaldaría sería la derecha radical de Alternativa para Alemania (AfD), a cuyo ímpetu trata de responder el ala derechista de la CDU con estas propuestas.
Abogó por la derogación, por contra, Jens Spahn, miembro de la cúpula de la CDU, quien afirmó que, por encima de los pactos de coalición, un congreso debe servir para dejar claro cuál es el parecer del partido.
La propuesta en torno a la doble nacionalidad marcó la jornada de cierre del congreso, en que la CDU debía definir la línea ante las generales y ante el que Merkel había pedido unidad y apoyo.
La derogación de esa fórmula afectaría principalmente a los hijos de padres turcos, a los que sólo se permitiría mantener las dos nacionalidades hasta la mayoría de edad.
La gran coalición adoptó en 2014 una fórmula de compromiso, impulsada por el Partido Socialdemócrata (SPD), según la cual se permite mantener para siempre ambas nacionalidades.
«Es una moción dañina», afirmó el líder del SPD, ministro de Economía, Sigmar Gabriel, quien además de defender la norma vigente consideró que Essen había evidenciado las divisiones de la CDU.
El congreso entró hoy en el debate sobre contenidos, dominado por el endurecimiento de la política de refugiados que reclama el ala derechista y su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).
Merkel había buscado el acercamiento a estas corrientes en el discurso que precedió a su reelección y se ganó una ovación al abogar por la prohibición del burka en espacios públicos.
El congreso aprobó hoy la moción relativa a esa prohibición, lo mismo que la correspondiente al recorte de las prestaciones a los refugiados que oculten a las autoridades su lugar de origen.
Los refugiados que terminen expulsados, de ser rechazada su petición, no podrán volver a entrar en el país y se endurecerán las penas en caso de desobediencia o ataques a las autoridades.
El congreso se pronunció asimismo a favor de incluir en la Constitución del alemán como «idioma propio del país» -una vieja aspiración que lleva arrastrándose desde hace varios congreso.
Todo ello son «pronunciamientos del partido», no «proyectos de ley», insistió una y otra vez el ministro de Maizière, quien defendió como «sincero» el porcentaje de Merkel en su reelección.
El 89,5 % fue el segundo resultado más bajo obtenido por Merkel en sus 16 años al frente del partido -el peor fue el 88,6 % de 2004, un año antes de acceder a la cancillería.
Gemma Casadevall
Berlín, 7 dic (EFE).-