La escoliosis es una enfermedad que afecta aproximadamente a seis millones de personas en Estados Unidos y Canadá, según la National Scoliosis Foundation. Además de tratarla con ejercicios controlados, medicamentos y, en casos extremos, con cirugía, el bótox se ha convertido, además de un producto cosmético para el tratamiento de las arrugas faciales, en un recurso para aliviar los dolores causados por esta condición.
Cuando una persona padece de escoliosis, la columna se curva hacia un lado, en el área torácica o lumbar. Esta deformidad de la columna vertebral aparece usualmente durante la adolescencia, aunque puede aparecer también en niños más pequeños, en adultos o en algunos pacientes seniles.
“La toxina botulínica tipo A es la que se usa regularmente en estos tratamientos, y bótox es el nombre comercial de una de las marcas más vendidas”, explica el doctor Santiago Figuereo, neurocirujano dominicano, fundador y director médico de Advanced Neuro Spine Institute, en Aventura. “Se trata de una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum, uno de los venenos más poderosos que existen. A su vez, su capacidad para ocasionar parálisis controlada de los músculos, es una buena herramienta para calmar el dolor y los espasmos en algunos pacientes con escoliosis”.
La escoliosis puede ser de cuatro tipos, dicen los expertos. “La idiopática, cuya causa es desconocida, se divide, a su vez, en escoliosis infantil, escoliosis juvenil y escoliosis adolescente; esta última es la más común en edades entre los 10 y los 18 años”.
El segundo tipo es la escoliosis congénita, que se presenta al momento del nacimiento y generalmente está asociada a la mala formación de alguna vértebra. El tercero es la escoliosis degenerativa o del adulto, debido a lesiones propias de la edad, como osteoporosis, degeneración discal, fracturas por compresión y otras. El último tipo de escoliosis es la neuromuscular, que se desarrolla acompañada de alguna alteración neurológica como parálisis cerebral o distrofia muscular.
Según los neurocirujanos, no existe una edad específica para la aplicación del tratamiento con la toxina botulínica, pero se recomienda más en casos donde la enfermedad está más avanzada.
“La toxina botulínica, en conjunto con otra serie de procedimientos, ayuda para relajar los músculos, sobre todo en pacientes con condiciones muy graves como la parálisis; la escoliosis hace que se produzca una curvatura de la espina hacia un lado, contrayendo los músculos, mientras que el otro lado se relaja; si se inyecta la toxina donde se contraen estos músculos podemos revertir de alguna manera lo que está causando la escoliosis y así aliviar el dolor”.
Los expertos agregan que, en casos normales que no están muy avanzados, se recomiendan primero el ejercicio y otros tipos de procedimientos, antes que las inyecciones con la toxina botulínica.
“Para pacientes con un grado de escoliosis regular, lo primero que se recomienda es hacer cierto tipo de ejercicios, como remar, que permiten fortalecer los músculos de la espalda de manera equilibrada, o la natación controlada por un instructor o un fisioterapeuta”.
Según los medicos, que ha experimentado esta enfermedad no sólo con sus pacientes sino también en casa, con dos de sus hijas y su madre que la padecen, dice que cada caso es diferente y que, sobre todo, con los niños hay que estar muy pendientes de sus posturas para poder detectarla a tiempo.