La salsa vive y de qué manera y eso quedó mas que demostrado anoche, con un concierto en el Madison Square Garden en Nueva York que reunió a máximos exponentes del género, que hizo vibrar esa mítica sala y puso a miles a bailar.
«La muerte comienza con el olvido», dijo el cantautor panameño Rubén Blades, al exhortar al público que abarrotó el local a no olvidar a los compositores que han mantenido vivo el género.
Blades, los dominicanos José Alberto «El canario», Raulín Rosendo, Alex Matos y Chiquito Team Band, los puertorriqueños Andy Montañez, Gilberto Santa Rosa y la institución de la salsa, El Gran Combo, fueron las estrellas en la tercera edición de «La salsa vive», que según los organizadores reunió a 15.000 personas.
El público salsero de todas las edades y diversos países latinoamericanos disfrutó durante poco más de cuatro horas de un concierto de viejos éxitos que muchos bailaron y que luego han bailado sus hijos.
El Madison Square Garden ha sido el hogar por excelencia de la salsa en Nueva York, con los grandes conciertos del productor Ralph Mercado, que reunía a los principales exponentes, desde las Estrellas de Fania, Oscar D’Leon, Celia Cruz, Santa Rosa, Víctor Manuelle o Willie Colón.
La muerte de Mercado, que también tenía sello discográfico con el que grababan salseros, en 2009 dejó un vacío en este tipo de espectáculos.
El público, en su mayoría formado por puertorriqueños, dominicanos y colombianos, y que ondearon banderas de sus países, disfrutó de sus ídolos, y cada presentación le dejaba con ganas de más.
Andy Montañez, con su obligada «Un verano en Nueva York», dejó a muchos de pie moviéndose al ritmo del cadencioso género para la llegada de «El caballero de la salsa», Gilberto Santa Rosa, uno de los más aplaudidos que abrió su presentación con «Conteo regresivo».
Cantó además «Amor no te vayas», y»No quiero na’ regalao», tema con el que demostró una vez más que es uno de los mejores soneros del género, lo que le valió una gran ovación con el público en pie y gritando su nombre.
El salsero aseguró estar «muy contento» en este concierto, al que se refirió como «una gran fiesta latina» de la que dijo le trajo muchos recuerdos de los conciertos que producía Mercado.
Con «Que alguien me diga», se despidió de los fieles seguidores de la salsa, que volvieron a ponerse de pie como tributo a su gran presentación.
«Chica plástica» marcó la entrada de Blades, que llegó además acompañado de varios de sus temas sociales en una noche en que interpretó éxitos que han marcado su carrera.
Así, el público, entregado por completo a esa gran fiesta, escuchó «Decisiones», tras la cual el panameño les agradeció por su asistencia, para continuar con «Amor y control».
«Este concierto es ‘la salsa vive’ y va a vivir siempre en la medida en que no olvidemos los que la hicieron posible», afirmó el famoso cantautor, que además interpretó «Juan Pachanga», el primer tema que grabó para el sello Fania, «El cantante», de la que dijo que era de su autoría pero «el otro la cantó mejor que yo», en alusión al fallecido cantante puertorriqueño Héctor Lavoe.
Con la esperada «Pedro Navaja» Blades, que realiza además una gira de conciertos con la que se despide la salsa aunque no de los escenarios, finalizó su actuación un público que no paraba de cantar, bailar de pie o contonear sus cuerpos en sus asientos.
Al anunciar a «la institución de la salsa», el Gran Combo de Puerto Rico, el frenesí se apoderó del público, que permaneció de pie bailando al ritmo de «los mulatos del sabor» que trajeron la Navidad al Madison con «A comer pastel, a comer lechón», seguida de «No hay cama pa’ tanta gente».
El Gran Combo, que lleva 54 años mostrando salsa alrededor del mundo y cuyos integrantes vestían una camisa como la bandera de Puerto Rico, cerró el espectáculo con «Brujería».
Ruth E. Hernández Beltrán
Nueva York, 6 nov (EFE).-