La Fundación madrileña Casa Patas presenta este fin de semana en Miami «Los silencios del baile», el primer espectáculo como coreógrafo del bailaor Francisco Hildalgo, quien de manera categórica afirmó hoy que «para bailar bien flamenco hay que estudiar».
«No basta con decir yo bailo porque siento el flamenco», aseguró este bailaor de Algodonales (Cádiz) con muchas tablas, recorrido por el mundo y premios, pero que debuta ahora como coreógrafo.
En una entrevista con Efe en el auditorio del Condado de Miami-Dade, donde este sábado y domingo se presenta «Los silencios del baile», Hidalgo y Begoña Fernández, directora de la Fundación Casa Patas, contaron que el espectáculo no se ha presentado completo hasta ahora y que desde Miami viajarán a Washington y Seattle.
Hidalgo señaló que ha querido rendir homenaje al flamenco tradicional, para lo cual ha montado un espectáculo de baile «sin guión argumental», pero con gran peso de la técnica y el aspecto visual.
Además del propio Hidalgo actúan la bailaora Lucía de Miguel y el bailaor Rubén Puertas, el guitarrista José Almarcha y los cantaores Trini de la Isla y Roberto Lorente.
Frente a un flamenco «rebuscado», muy en boga, Hidalgo se inclina por el «esencial», aquel que no necesita «hablar de algo», que es «fácil de digerir», señala durante la charla.
«Cuando el flamenco es de verdad se crea una magia que no hace falta saber», dice, por su parte, Fernández.
Hidalgo, quien ha trabajado como bailaor con Miguel Poveda y Cristina Hoyos, entre otros muchos artistas, echa de menos un mayor apoyo de las entidades públicas españolas para montar espectáculos de flamenco y para llegar al público joven.
En el mismo sentido se pronuncia Begoña Fernández, quien afirma que Casa Patas, que empezó siendo un tablao madrileño, y desde el año 2000 además es una Fundación y un Conservatorio de flamenco.
«Vivimos del turismo», dice Fernández, quien considera que muchas veces la Fundación Casa Patas encuentra más respaldo fuera de España que dentro.
El 80 % de los que visitan Casa Patas, un templo del flamenco propiedad de la familia Guerrero, son extranjeros y el 20 % son españoles, dice.
El Conservatorio cuenta actualmente con 150 alumnos, de los cuales 90 estudian baile, 20 cante, 25 percusión y 15 guitarra, que es «lo más complicado» y requiere mayor estudio.
Hidalgo y Fernández coinciden en que lo más difícil de encontrar hoy en día son cantaores y buenos, y lo mas rentable para el que estudia flamenco es el baile.
Entre los alumnos del Conservatorio Casa Patas lo que más hay son españoles y entre los extranjeros abundan los mexicanos y brasileños. Hay una niña china, pero ningún japonés o japonesa, dice Fernández.
«Las japonesas van todas a estudiar a Sevilla», dice Hidalgo, quien admira la disciplina, la seriedad y el esfuerzo de esas asiáticas cuando aprenden a bailar flamenco, aunque lo que más le gusta es ver a alguien «expresándose libremente» cuando baila.
En su próximo espectáculo, Hidalgo quiere llevarse de gira a una bailaora no profesional, Juana de Utrera, que anda casi por los 70 años de edad y es «la mejor bailando bulerías».
Además de las dos funciones de «Los silencios del baile», Francisco Hidalgo y la compañía ofrecerán una clase magistral dirigida a bailarines profesionales de Miami, una ciudad donde hay mucha afición por el flamenco y hasta varios festivales dedicados a esta expresión artística.
Miami (EE.UU.), 4 nov (EFE).-