Al grito de «Nairo campeón, Nairo Campeón, Nairo campeón», más de mil personas, la mayoría pequeños agricultores de la aldea de San Rafael, que hace parte del municipio colombiano de Cómbita, estallaron de júbilo para celebrar que su paisano Nairo Quintana Rojas ganó La Vuelta a España.
Mientras ‘el Cóndor’ de Combita cubría los últimos kilómetros del paseo de la Castellana en Madrid, la casa de los Quintana Rojas se fue llenando de gente que quería ver al campeón, así fuera por televisión, y tomarse una foto con Luis Quintana y Elisa Rojas, los padres de Nairo a los que la fama de su hijo no se les ha subido a la cabeza.
«Todavía hay nerviosismo. Como lo ha dicho Nairo son 21 días desgastando sus piernas, haciendo lo mejor en las carreteras europeas. Mientras tanto para sus padres aquí (en Colombia) son 21 días que no duermen, 21 días de oración y pensando en lo mejor para él», dijo a Efe don Luis, como le dicen sus vecinos, amigos y hasta los desconocidos.
Añadió que cuando el nuevo campeón de La Vuelta a España regrese a Colombia su familia lo esperará con «un sancocho de gallina», el plato preferido del corredor del Movistar que le preparará su madre en cuanto pise su San Rafael natal.
A la gente no le importó que la lluvia se hiciera presente en Cómbita y cada cual se resguardó del agua como pudo mientras veían a ‘Naironman’ rodar por las calles de Madrid.
En el peor de los casos, los aficionados la soportaron sin protestar pues al fin y al cabo el acontecimiento no era menor.
La fiesta, animada por música de la región, vuvuzelas y pitos de carros que pasaban por la carretera, tenía otro motivo, ya que además de ver a Nairo campeón, otro colombiano, Esteban Chaves, ocupó el tercer cajón del podio por delante del español Alberto Contador, su ídolo de infancia.
Aunque no hubo fuegos artificiales, abundaron las banderas amarillo, azul y rojo de Colombia, y otra tricolor, la verde, blanco y rojo de Boyacá, adornadas para la ocasión con la figura de Nairo.
«Las vendí todas», dijo Alfonso Salazar a Efe que llegó al pueblo desde Tunja, capital departamental, a vender su mercancía pero también para ver «al paisano campeón».
Tampoco faltaron las típicas ruanas con las que los campesinos de la región se protegen del frío y que son tejidas con lana de oveja.
Ahora los vecinos las pintan de rosado, recordando que el de Cómbita, que en lengua chibcha significa «Fuerza en la cumbre», ganó el Giro de Italia en 2014 y de rojo, como campeón de la Vuelta a España.
Hasta la casa paterna también llegó el soldado Wilinton Quintana, hermano del campeón, quien envió un saludo al ganador de La Vuelta a España: «Saludo a mi hermano Nairo Quintana de parte de todo el Ejército Nacional, de todas la personas que integramos esta hermosa fuerza», dijo el soldado abrazado a sus padres.
La tienda «La Villita», que regentan los progenitores del campeón, se ha convertido en un lugar de peregrinación para los aficionados, y hasta allí llegaron hoy centenares de ciclistas amateurs de la región portando los camisetas de sus clubes.
Muchos de ellos hicieron fila durante horas para conseguir una foto con los Quintana Rojas mientras Nairo teñía Madrid con los colores amarillo, azul y rojo de la bandera colombiana.
Otro que no cabía de orgullo era Pedro Barragán, un vecino de los Quintana, quien es además padrino de Dayer, hermano de Nairo y ganador del Tour de San Luis.
«El también va a seguir lo mismo que el hermano», dijo Barrera, mientras no perdía de vista la improvisada parrilla en la que asaban carne para vender a la nutrida clientela que calmó la sed de triunfo con aguardiente y cerveza, las bebidas con las que los lugareños celebran los grandes acontecimientos.
«Aquí los esperamos cuando Nairo gane el Tour de Francia, que será más temprano que tarde», dijo otra vecina que prefirió no decir su nombre, pues el importante es Nairo, «el campeón».
Y demostrando que su afición por el ciclismo no es de ahora dice con voz segura que Nairo seguramente se convertirá el séptimo hombre en ganar Giro, Tour y Vuelta, y ponga su nombre al lado de leyendas como Jacques Anquetil, Felice Gimondi, Eddy Merckx, Bernard Hinault, Alberto Contador y Vincenzo Nibali.
Por Ovidio Castro Medina