Bilbao, 1 sep (EFE).- El belga Jens Keukeleire (Orica), padre desde hace un mes, se regaló la victoria en un reducido esprint que puso fin a la duodécima etapa de la Vuelta a España, disputada entre Los Corrales de Buelna y Bilbao, de 193,2 kilómetros, en la que el colombiano Nairo Quintana mantuvo el jersey de líder.
Keukeleire, otro «anónimo» en la lista de velocistas que se han atrevido este año con la Vuelta, fue el más poderoso en la Gran Vía de Bilbao. Su valentía y sentido táctico para arrancar en el momento preciso le regaló su primer triunfo en una prueba de las grandes.
Les ganó el pulso al francés Maxime Bouet (Etixx) y al italiano Fabio Felline (Trek), todos con un tiempo de 4h.31.43.
Segunda victoria para el Orica, que ya abrió su casillero en la Ribeira Sacra con Simon Yates. Esta vez firmada por Keukeleire, un ciclista de 27 años nacido en Lovaina, profesional desde 2010 que fichó por su actual equipo tras ganar dos etapas en la Vuelta a Burgos en 2013. Otro ciclista del segundo escalón de esprinters que han salido del anonimato en esta Vuelta.
Los favoritos no pasaron un día tranquilo, de esos llamados de transición. El triunfo en Bilbao, ciudad que vibró en 2011 con el triunfo del local Igor Antón, era un botín al que aspiraban los aventureros del día, y como entre ellos había ciclistas peligrosos para la general, tocó rodar rápido.
La etapa, con el ascenso del Alto de las Alisas y el Vivero en dos ocasiones, terminó con una media de 42,7 kms/hora. Y sin cambios en la general. Nairo Quintana mantuvo la roja y Froome le sigue a 54 segundos. Alejandro Valverde cierra el podio provisional a 1.05 minutos.
Desde la salida en Los Corrales de Buelna, centro geográfico de Cantabria en el eje del Besaya, se vieron las intenciones. Costó un potosí formar la fuga, pero la insistencia despegó del grupo a David López y Kennaugh (Sky), dos hombres de Froome, Atapuma (BMC), Elissonde (Franvcaise), Brambilla (Etixx), Hardy (Cofidis) y Meintjes (Lampre)
Escapada inaceptable para el Movistar, que hubiera querido una jornada más tranquila, pero la presencia de los Sky obligó a los ‘telefónicos’ a trabajar para evitar «minutadas» que dieran lugar a sorpresas.
No se dispararon las diferencias. El Vivero, donde Antón desató la locura hace 5 años, fue la tumba para la fuga. El Astana quería jugarse la baza de Luis León Sánchez y tensó el ritmo. Restaban 18 kilómetros para llegar a la meta de la Gran Vía de Don Diego López de Haro cuando se dieron la mano David López y Kennugh. Se terminó la aventura y empezó la gestión de la etapa.
Un belga, Dries Devenyns (Trek), atacó en la segunda ascensión al puerto de segunda, pero no pudo ir muy lejos, entre otros motivos porque se probó Alberto Contador y obligó a reaccionar a los gallos. Luego se lanzó «Luisle» y se fueron a por él unos cuantos predadores que también querían lucirse en la capital vizcaína.
Con el pelotón roto por miles de ataques, no hubo forma de organizar un esprint convencional, de tren, colocación y «guepardo» al frente. Más bien se organizó una llegada anárquica entre 40 aspirantes, favoritos incluidos.
Finalmente la gloria recibió al belga Keukeleire, que no esperaba vivir «el día más feliz» de su carrera. Y no solo por el hecho de ganar la etapa, sino porque su hazaña la presenció en directo su familia. Dijo orgulloso que estaba viviendo «un día muy especial». Una auténtica «bilbainada» que jamás olvidará y que podrá contar a su hijo, que nació hace un mes.
Este viernes se disputará la decimotercera etapa, entre Bilbao y Urdax-Dantxarinea, de 213,4 kilómetros, la más larga de la presente edición de la Vuelta a España.
Carlos de Torres