Cuatro días después de la muerte de Aaron Driver cuando se disponía a realizar un atentado suicida, todavía no se sabe cómo un conocido simpatizante del Estado Islámico (EI) se hizo con material explosivo o cómo se radicalizó el joven, de una familia militar y cristiana.
A pesar de que Driver, de 24 años, actuó solo, según lo revelado por las autoridades canadienses, las dudas que han provocado el fallido atentado y su muerte están causando ansiedad en la población canadiense.
El viernes, la Policía Montada canadiense mantuvo una rueda de prensa en la localidad de London, en las cercanías de donde Driver vivía, para asegurar a la comunidad que no existe ningún peligro contra la población.
Pero los portavoces policiales no ofrecieron ningún detalle nuevo de la investigación policial más allá de los ofrecidos el día anterior por el subdirector de la Policía Montada de Canadá, Mike Cabana, ni aclararon por qué las autoridades no comunicaron al público que un conocido simpatizante de EI vivía entre ellos.
La Policía canadiense tampoco ha podido o querido explicar por qué fue el FBI estadounidense el que detectó la planificación del atentado y quien proporcionó a Canadá la información, incluido el vídeo en el que Drive, cubierto con un pasamontañas, anunciaba sus intenciones.
Según reveló el jueves la Policía Montada durante una rueda de prensa, en la mañana del miércoles el FBI comunicó a sus colegas canadienses la inminencia de un atentado suicida contra un modo de transporte público en algún lugar del país.
El FBI también proporcionó a la Policía Montada canadiense un vídeo en el que un supuesto terrorista encapuchado amenazaba a Canadá, diciendo: «todavía tienes una enorme deuda que tiene que ser pagada. Todavía tienes sangre musulmana en tus manos y por ello, estamos sedientos de tu sangre».
«No eres nada más que alborotador y todo lo que haces es extender opresión y corrupción. Así que hoy es el día en que sufrirás lo que es ser atacado por tus creencias», continuaba el individuo posteriormente identificado como Driver.
«Juro mi lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi (líder del EI), que ha llamado a la yihad en la tierra de los cruzados y respondo a esta llamada», terminó el vídeo.
A pesar de que el individuo estaba encapuchado, la Policía Montada rápidamente le identificó como Aaron Driver, un joven que vivía en la pequeña localidad de Strathroy, a unos 225 kilómetros al oeste de Toronto.
Driver era conocido desde 2004 por los servicios de seguridad canadienses como un simpatizante del Estado Islámico que en 2015 había sido puesto en libertad condicional tras hacer apología al terrorismo de ese grupo.
Los miembros de la unidad antiterrorismo de la Policía Montada llegaron a su domicilio justo cuando Driver se montaba en un taxi para ir a London. Se produjo un enfrentamiento y Driver detonó en el interior del taxi un explosivo que llevaba.
Antes de que pudiese activar otro artefacto, Driver murió. La Policía está esperando los resultados de la autopsia para saber si fue a consecuencia de las heridas causadas por la explosión o los disparos de los agentes.
Pero quizás la mayor duda que atenaza a los canadienses es cómo un joven procedente de una familia militar y cristiana se radicalizó hasta convertirse en un mártir del Estado Islámico.
El padre del joven muerto, Wayne Driver, es un militar de la Fuerza Aérea canadiense ya retirado que está preparándose para convertirse en pastor cristiano.
Wayne Driver declaró el jueves que el mundo de su hijo se volvió «oscuro» cuando a los siete años perdió a su madre.
«Me echaba la culpa a mí. Estaba enfadado con el mundo. Estaba enfadado con Dios por haberle robado su mejor amiga», declaró Driver a medios de comunicación canadienses.
A los 10 años, Aaron Driver se emborrachaba y fumaba marihuana. A los 17, su novia se quedó embarazada pero la pareja perdió su hijo en un aborto espontáneo. A los 20 años, Aaron se convirtió al Islam.
Dos años después, el servicio secreto canadiense avisó a Wayne Driver de que su hijo alababa las acciones del Estado Islámico a través de Twitter, utilizando el seudónimo Harun Abdurahman.
Julio César Rivas