El desabastecimiento en Venezuela ha provocado un aumento de la malnutrición infantil, un problema que siempre ha tenido el país caribeño pero ahora se ha agravado por la falta de fórmulas lácteas y alimentos con proteínas.
Así lo considera la representante de la Sociedad Médica de Puericultura y Pediatría de Venezuela, Livia Machado, quien advierte de que el desabastecimiento se hace presente tanto en los hospitales como en los colegios.
Los hijos de Rosibel Martínez son un reflejo de esta realidad.
Martínez es madre soltera, vendedora de empanadas y pasteles, de 37 años y con cinco hijos. Uno de ellos es un bebé de siete meses que padece de desnutrición y otra es una adolescente de 14 años.
Dilan, que nació en la semana 37 de embarazo con 2,5 kilos, según contó su madre a Efe, fue amamantado hasta los cuatro meses pues su madre después tuvo que trabajar para seguir manteniendo el hogar.
Durante ese periodo el pequeño también fue alimentado con leche de fórmula cuando tenían «la suerte de conseguirla», pero desde hace tres meses no ha logrado dar con el alimento.
«La última vez que la compré me costó cinco mil bolívares el pote pequeño (…) eso me dura una semana y lo que hago es que mezclo la leche con maicena para que rinda», explicó Rosibel.
Ante esta situación, comenzó a alimentar a su hijo con biberones de agua de maicena, chicha, sopas de auyama y apio que, a veces, no incluyen proteínas por el alto costo de la carne y el pollo, aseguró, y esto es lo que ha llevado al infante a perder unos 2 kilos 800 gramos en el último mes.
El pasado viernes Dilan fue ingresado en el Hospital Domingo Luciani, al este de Caracas, con diarrea y deshidratación. Los médicos constataron que sólo alcanzaba los 5 kilos, luego de haber pesado 7 kilos 800 gramos el mes pasado.
«Se debe a la ausencia de proteínas», explicó a Efe uno de sus médicos tratantes que no quiso revelar su nombre por temor a represalias de las autoridades.
De acuerdo a los nutricionistas, la edad crucial del ser humano está en los dos primeros años de vida, pues en ese tiempo se determina el desarrollo físico e intelectual de la persona y en ello influye de manera importante la nutrición.
«El déficit de las proteínas hace que disminuya la albumina y que los niños se edematicen, característica de una de las desnutriciones más severas», precisó a Efe la doctora Machado.
Agregó que la desnutrición se da cuando el organismo no recibe ningún «alimento nutritivo como la proteína (…) porque no producen encimas, neumoglobulinas y eso hace que los niños estén expuestos a gérmenes de la comunidad (…) y la leche es un alimento insustituible en la alimentación del niño menor de dos años».
La escasez de fórmulas lácteas para bebés afecta también a los hospitales.
En el caso del centro pediátrico de referencia en Venezuela, el JM de Los Ríos, se ha logrado resolver gracias a las donaciones llegadas de Estados Unidos y España, según la jefa del Servicio de Nutrición, Ingrid Soto. Pero en otras instituciones médicas no hay fórmulas ni donaciones.
Esta situación ha llevado a algunas madres a alimentar a sus hijos con «agua con harina, agua de espagueti, lo que ellas puedan adquirir, bien sea arroz, maíz», indicó Machado.
El desabastecimiento también llega a muchos colegios públicos, que han dejado de dar de comer a los estudiantes.
La hermana de Dilan, con 14 años y estudiante de secundaria, contó a Efe que ha tenido que faltar a sus clases por no tener nada que comer e inclusive se desmayó en educación física porque no había desayunado.
«Me llamaron del colegio para preguntarme por qué los niños estaban faltando tanto a clases y yo le dije: mire maestra, no tengo alimentos ¿cómo hago si no tengo comida para mandarles a mis hijos?», relató su madre, al confesar que «nunca había vivido una situación como está».
Bárbara Agelvis
Caracas, 28 jul (EFE).-