Por Vilma Filici
Una amiga de familia estuvo en mi casa el fin de semana para conversar conmigo sobre uno de sus sobrinos que llegó recientemente a Canadá con una visa de estudiante con validez de un año. Cuando el joven llegó lo llevaron a la escuela para que comenzara su curso de ingles, y se llevaron una gran sorpresa porque la dirección que aparecía en la carta de aceptación de la escuela, y que se le dio al Consulado canadiense en el país de origen cuando se hizo la solicitud de visa, no existía.
En esa dirección no había una escuela, de hecho nunca había existido una escuela, y todo parece indicar que alguien le dio una carta falsa a la persona que le ayudó con la inscripción en ésta, dado que esa escuela no existe.
Ahora el joven se encuentra con este permiso de estudio y está totalmente aterrorizado porque no sabe cuáles son las consecuencias que puede traerle el tener un permiso de estudios de una escuela que no existe.
Pero en este caso la culpa no es del joven dado que él no tenía ni idea de que la escuela no existía, y en consecuencia la única falta que el cometió fue no haber hecho suficiente investigación para, primero, cerciorarse de que la escuela existía, y si ésta existía, corroborar si era un escuela seria, qué tipo de profesores tiene, qué tipo de currículo tiene, etc. Pero en términos de cometer fraude con el Departamento de Inmigración, definitivamente el joven no estuvo involucrado en ningún momento.
Ahora, la opción es por supuesto ir a otra escuela y emprender sus estudios, y asumir que perdió el dinero que le tocó pagar en la obtención de esta visa.
Además tiene la opción de reportar esta situación a la Policía y al Departamento de Inmigración de Canadá, a fin de que se haga una investigación y se llegue al fondo para ver quién es la persona que está creando estos falsos documentos. Pero el joven tiene mucho miedo y no quiere hacer eso, sino que más bien él lo que quiere es inscribirse en otra escuela y comenzar sus estudios.
Este es un caso bastante trágico que ilustra un problema de cómo las personas que están en sus países de origen con la intención de venir a estudiar a Canadá pueden ser defraudados. Y las consecuencias son muy serias en términos del estudiante internacional que quiere llegar a Canadá y quiere concluir un programa de inglés que le permita continuar sus estudios para obtener una certificación o un diplomado.
Esto es importante porque para los estudiantes internacionales hay muchísimos beneficios, tales como el poder trabajar si la persona está estudiando para obtener un diploma o un certificado, una licenciatura, una maestría, lo que fuere, ya que dependiendo de la escuela a la que la persona esté atendiendo puede o no obtener un permiso de trabajo que le autorice a trabajar por veinte horas semanales durante sus estudios.
Otro de los beneficios es que dependiendo de la escuela en la que la persona esté inscrita, cuando termine sus estudios también puede o no obtener un permiso de trabajo con validez de uno o tres años, dependiendo del tiempo de duración del curso que ha tomado. Si ha tomado un curso de un año o de ocho meses, entonces tendrá un año de permiso de trabajo después de graduarse, y si la persona ha estudiado dos años o más, automáticamente tendrá tres años de permiso de trabajo en Canadá.
Ahora bien, ¿Cuál es el beneficio de poder obtener este permiso de trabajo?
El beneficio es que la persona, si estudió solamente por un año, como mínimo va a tener un contacto laboral en Canadá que le puede dar una oferta de trabajo para el futuro, con la cual puede iniciar su trámite para obtener un permiso de trabajo, y después de trabajar un año completo en Canadá puede solicitar la residencia permanente en el país.
A partir de enero esto es posible dado que recientemente se cambió el requerimiento de trabajo en el país a un año, tal y como lo hemos explicado en columnas anteriores.
Si la persona ha estudiado por dos o más años en el país, de la misma manera puede obtener un permiso de trabajo y, después de haber cumplido un año de trabajar en Canadá, automáticamente puede solicitar la residencia permanente.
Otro elemento que hay que considerar es que los estudiantes internacionales también tienen beneficios bajo el programa de nominaciones provinciales en distintas provincias. En la provincia de Ontario, por ejemplo, si una persona ha hecho estudios post secundarios, puede solicitar la residencia permanente en el país sin necesidad de una oferta de trabajo. Esto obviamente será bajo el programa de Nominaciones Provinciales de Ontario.
En conclusión, además de que hay que asegurarse de no caer víctima de fraude y no hacer un trámite fraudulento que podría tener repercusiones negativas en la gestión ante el Departamento de Inmigración de Canadá, y que podría inclusive significar cargos criminales para la persona involucrada, es sumamente importante hacer una investigación seria sobre la institución a la que la persona piensa venir a estudiar.
Esto porque hay una lista de escuelas en las cuales si la persona asiste a ellas después obtiene los beneficios de inmigración, algo que no sucedería por ejemplo si la persona se inscribe en otras escuelas, como las privadas, ya que estas no gozan de este beneficio.
Venir a Canadá como estudiante internacional es sin duda alguna una muy buena opción para luego inmigrar definitivamente al país, pero es fundamental escoger muy bien a qué escuela se va a asistir ya que de ello depende que se puede gozar de los beneficios migratorios que recientemente se han establecido en el país.