Pekín, 25 jun (EFE).- Los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladímir Putin, escenificaron hoy su buena relación bilateral y reafirmaron el compromiso de impulsar la cooperación con la firma de nuevos acuerdos.
En la cuarta visita oficial de Putin a China en los tres años desde la llegada de Xi al poder, ambos líderes se esforzaron por manifestar la solidez de los vínculos entre los gigantes eurasiáticos.
Así, Putin destacó el carácter estratégico de los crecientes lazos con Pekín. «Las relaciones entre Rusia y China se están haciendo mucho más estrechas», afirmó por su parte el presidente chino en declaraciones a la prensa tras la reunión, celebrada en el Gran Palacio del Pueblo.
Con Rusia en recesión y afectada por sanciones de Occidente, y con China cada vez más criticada en el exterior por su expansionismo en el mar de China Meridional, Xi y Putin mostraron también su buena sintonía en cuestiones internacionales.
Las posturas de Moscú y Pekín en las principales cuestiones y conflictos internacionales «son muy próximas o prácticamente coinciden», afirmó Putin.
Xi, por su parte, subrayó que ambos coinciden en «resolver las disputas internacionales y regionales «a través del diálogo y la negociación en lugar de las armas o las amenazas, igual que con las sanciones o la amenaza de sanciones».
Sin embargo, esta reunión llegó después de que el comercio bilateral se contrajera un 28 % el año pasado debido a la caída del precio de los hidrocarburos.
Por ello, en la reunión de hoy ambas partes hicieron el máximo por mostrar la fortaleza de su cooperación a través de los acuerdos, que abarcan sectores como finanzas, comunicaciones, energía, transporte, aeronáutica o cultura.
Entre otros asuntos, figuran el desarrollo conjunto de un avión de pasajeros de fuselaje ancho o de un helicóptero civil de transporte pesado.
El presidente chino destacó que su país es el mayor socio comercial de Rusia, mientras que Putin recalcó el aumento de las importaciones de alimentos, automóviles y equipos de China, a donde Moscú ha girado en los últimos años tras las sanciones occidentales.
Especialmente, ambos líderes discutieron sobre la construcción de infraestructuras de transporte que mejoren las comunicaciones entre ambos países, y de paso con las repúblicas exsoviéticas de Asia Central, una región de fuerte influencia política rusa y creciente presencia económica china.
Así, Putin y Xi acordaron consensuar antes de finales de año un proyecto para construir una vía férrea de alta velocidad entre Pekín y la ciudad rusa de Kazán, donde conectaría con la línea que actualmente Rusia está construyendo hacia Moscú.
El presidente ruso recalcó que ambas potencias están trazando una nueva carretera entre Europa y Asia, «una vía transeurasiática llamada a mejorar las comunicaciones viarias en todo este enorme continente».
Pero, como recordó Putin, la «locomotora» de la relación económica entre Pekín y Moscú es la energía, después de los acuerdos multimillonarios que ambas partes firmaron en 2013 y 2014 para el suministro de gas y petróleo rusos a su vecino chino.
Putin aseguró que prosiguen «al ritmo programado» las obras del gasoducto que llegará a China en 2020, mientras que ambas partes continúan la negociación para abrir una segunda ruta de suministro de gas a través de Siberia Occidental.
También se acordó aumentar el uso de las divisas de ambos países en los pagos en el comercio exterior «para reducir la dependencia de la coyuntura exterior», explicó el dirigente ruso.
Xi destacó que el presidente ruso volverá a China para la cumbre de líderes del G20, que se celebrará en la ciudad de Hangzhou el 4 y 5 de septiembre. Rafael Cañas