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Joven deportista hispano cumple sueño de ir al mundial de fútbol para sordos

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El joven Raúl Silva (c) sonríe junto a su padre Víctor Silva (i) y su exentrenador Mario Ramírez (d) durante una entrevista con Efe hoy, jueves 15 de junio 2016, en San Diego, California (Estados Unidos). EFE
El joven Raúl Silva (c) sonríe junto a su padre Víctor Silva (i) y su exentrenador Mario Ramírez (d) durante una entrevista con Efe hoy, jueves 15 de junio 2016, en San Diego, California (Estados Unidos). EFE

Un problema auditivo de nacimiento no es impedimento para el joven hispano Raúl Silva, quien este fin de semana viaja a Italia para representar a Estados Unidos en el Mundial de Fútbol para Personas Sordas.
El futbolista de 19 años, de San Diego, California (EE.UU.), nació con una sordera parcial que lo ha obligado a utilizar un aparato auditivo para poder recuperar, hasta un cierto grado, la capacidad de escucha.
«Cuando era niño yo jugaba por jugar con amigos y familiares, empecé a jugar más y más, nunca supe que iba a llegar a tanto con el fútbol», afirmó Silva en entrevista con Efe.
Su padre, Víctor Silva, oriundo del estado mexicano de Sinaloa, reconoce que casi desde el comienzo vio que el tercero de sus seis hijos desarrollaba un amor especial por este deporte.
«Desde que tenía un año ya iba detrás de la pelota, agarraba lo que veía y lo pateaba y yo dije ‘este canijo va a salir futbolista'», recordó el progenitor, quien agregó que nunca consideró que su condición auditiva fuera a ser un problema.
Su pasión por este deporte lo llevó a inscribirse en el equipo local de la Organización Americana de Futbol Juvenil (AYSO), en donde inclusive llegó a ganar el campeonato estatal en la categoría Sub-14.
Para el joven llegar a formar parte de un equipo local no fue fácil, ya que, según recuerda, algunos entrenadores no le daban muchas oportunidades porque temían no saber cómo comunicarse con él cuando no contara con el aparato auditivo.
Fue en la comunidad de North Park, en San Diego, en donde el entrenador Mario Ramírez le dio la confianza que necesitaba.
«Hay varios partidos en que se me cae el aparato, pero aún así sigo jugando porque sé que puedo ocasionar un gol (en contra) si me pongo a buscarlo», recordó Silva.
Ramírez cuenta a Efe que vio en el hispano a un joven disciplinado y tenaz, con muchas ganas de superarse, que siempre escuchaba las instrucciones con atención, obedecía con precisión en la cancha.
«Hay ciertas cosas que uno le ve a ciertos jugadores, y este niño parece que con las manos trae la pelota de la manera que los acomoda, las mueve, burla. Es algo magnífico», señaló el entrenador.
En el equipo de North Park, Raúl Silva encontró una segunda familia, en donde todos sus compañeros entendieron su condición y siempre lo apoyaron, pues a fin de cuentas todos dominan «el lenguaje internacional del fútbol», tal como comenta Ramírez.
Algunos de ellos, corrían a darle instrucciones cuando el entrenador notificaba alguna jugada con «un chiflido», o cuando sabían que no tenía el aparato se acercaban a él para que éste les leyera los labios, comenta Silva.
No obstante, el joven jugador dice no sentirse en desventaja en el terreno de juego, y de hecho en ocasiones los rivales ni se percatan de que tiene un dispositivo para escuchar mejor.
Explica que lo que hace a veces es levantar más la mirada para ubicar a los compañeros a los que no puede escuchar con facilidad, aunque es algo a lo que se adaptó rápidamente.
Su talento en esta liga de San Diego no pasó desapercibido y Silva fue invitado a jugar para la Universidad de Rochester, en Nueva York, donde un integrante del equipo estadounidense para personas sordas lo vio y lo invitó a probar suerte con el conjunto nacional.
Después de acudir a un campamento en Texas, el nombre de Raúl Silva fue incluido en la lista final de jugadores que viajarán a Italia para defender la camiseta del equipo nacional en el torneo futbolístico para sordos, que se iniciará el 19 de junio, y en el que participan jugadores con sordera total o parcial.
Con el fin de cubrir gastos relacionados al viaje, el joven deportista abandonó por unos meses la universidad y ayudó a su padre, quien es obrero de construcción, en algunas obras, además de vender comida en eventos y crear una solicitud de fondos en el portal GoFundMe.
«Llegar a un mundial es como un sueño, me siento muy emocionado, nervioso. Voy a darlo todo», declaró. San Diego (EE.UU.), 16 jun (EFE).-

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