Fue visto como una promesa de campaña fácil de cumplir. Hoy esa promesa, amenaza con convertirse en una piedra en el zapato para el gobierno liberal que se prepara para acoger el próximo mes, al presidente EE.UU., Barack Obama, y su homólogo de México, Enrique Peña Nieto.
La cuestión es que los liberales prometieron durante la campaña electoral, que levantarían, «inmediatamente» el requisito impuesto por los conservadores en el 2009, como un «primer paso» para mejorar las relaciones con sus socios de América del Norte.
Seis meses más tarde, los mexicanos todavía necesitan visa para viajar a Canadá. El gobierno dice que está trabajando en la materia y que mantiene su compromiso de restablecer la exención de visado para México. Pero el reloj no se detiene y la llegada de Peña Nieto a Ottawa a finales de junio estará condicionada por el cumplimiento de la promesa de campana de Trudeau.
Este miércoles medios nacionales le preguntaron al primer ministro canadiense sobre los requisitos de visado para los mexicanos y Trudeau dijo que el gobierno está «trabajando con diligencia y esperamos tener buenas cosas para anunciar en las próximas semanas y meses.»
Se les preguntó si ese requisito se levantaría antes de la visita de Peña Nieto y Trudeau respondió, «Eso esperamos.»
El gobierno conservador impuso los requisitos de visado a los viajeros procedentes de México y la República Checa sin previo aviso, en julio del 2009, con la excusa que lo hacía por la enorme cantidad de solicitudes de asilo de los dos países. Según el gobierno conservador en ese momento, cerca de 1.000 mexicanos llegaban al mes a Canadá a solicitar asilo, más que cualquier otro país.
Los conservadores justificaron su acción señalando que sólo el 10 por ciento de las reclamaciones de acilo de México eran en realidad aceptada. Las cifras presentadas en la Cámara de los Comunes en febrero del 2009 afirmaban que los costos de procesar los reclamos, tanto con o sin éxito, le representaban a Canadá más de $ 400 millones al año en gastos.
Sin embargo, el número de turistas mexicanos que visitaban a Canadá, se desplomó. El requisito de visado también hizo más difícil que las empresas canadienses realizaran negocios con México ya que la posición del gobierno canadiense ofendió a los empresarios mexicanos de todas las tendencias.
La indignación creció después de que los conservadores, en respuesta a las amenazas de la Unión Europea sobre el libre comercio, levantaran los requisitos de visado a la republica Checa en noviembre de 2013, pero los mantuvo con México.
La disputa ha llegado a ser tan polémica que Peña Nieto canceló una visita a Ottawa y Calgary en 2014.
Hoy cuando se acerca la primera visita oficial de Peña Nieto a Canadá anunciada para finales de junio, Las autoridades mexicanas dicen que quieren algún tipo de compromiso de parte del gobierno de Trudeau antes de Peña Nieto pise tierra canadiense.
El gobierno aún no ha dicho nada del restablecimiento de la exención de visado, pero parece claro que hay preocupaciones de que ello, dé lugar a una nueva avalancha de solicitudes de asilo infundadas.
En la Cámara de los Comunes esta semana, el MP conservador Michelle Rempel, crítico la intención del gobierno liberal de levantar el visado a los mexicanos y citó cifras que, según él, demuestran que antes de que se exigiera el visado, unos de cada cuatro visitantes mexicanos solicitaban refugio. Ahora la cantidad se redujo a uno por cada 100.
Por otro lado, según información gubernamental, Los funcionarios de visas han estado rechazando el cinco por ciento de las solicitudes de visado de mexicanos, por temor a que los viajeros no saldrán de Canadá después de su visita.
Por su parte, los funcionarios de inmigración informaron recientemente al gobierno, que los comités no han llevado a cabo una revisión formal para determinar si las condiciones son las adecuadas para la exención de visados de México
En conclusión, el gobierno de Trudeau se encuentra en una encrucijada política a la cual debe encontrar una solución en menos de 30 días. La buena noticia es que los liberales son la mayoría en el parlamento y así los conservadores griten y pataleen los liberales cumplirán su promesa de campaña.
Por: Jose Rey