Nueva York, 15 abr (EFE).- La carrera electoral en Nueva York ante los comicios primarios del próximo martes involucró hoy a sus principales aspirantes en varios puntos del estado, en un intento por ganar mayores apoyos con vistas a esa votación clave.
Tanto la principal ciudad del país como localidades del interior del estado fueron escenario hoy de distintos actos de proselitismo de los aspirantes presidenciales, que quieren convertir a Nueva York en una etapa crucial en su avance electoral.
La favorita en las filas demócratas, Hillary Clinton, dedicó parte de la jornada de hoy a visitar un edificio de residentes de bajos ingresos de Harlem Oriental, para conocer de cerca sus necesidades y ofrecer nuevas promesas.
«Quería venir aquí para hacer una firme promesa, para hacer más cuando sea presidenta para ayudar a la gente que vive en edificios públicos como este», dijo la ex secretaria de Estado.
En su gira estuvo acompañada por la presidenta del concejo municipal de Nueva York y dirigente de la comunidad latina, Melissa Mark-Viverito.
Su rival, Bernie Sanders, se desplazó en las últimas horas al Vaticano para participar en un foro en el que también participaron los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Bolivia, Evo Morales.
Allí, en declaraciones que tuvieron eco en Nueva York, Sanders insistió en la necesidad de buscar una «economía moral» y renovó sus críticas al mundo financiero de Wall Street» y a los «multimillonarios que pueden llegar a ser presidentes».
Sanders no pudo encontrarse personalmente con el papa Francisco, por problemas de agenda del pontífice, y poco después de participar en ese acto regresó a Nueva York para asistir a un acto de proselitismo político con el director de cine Michael Moore.
La encuesta más reciente, difundida por el diario The Wall Street Journal y la cadena NBC, indica que Clinton aventaja por 17 puntos porcentuales a Sanders (57 % contra 40 %), según los datos de una muestra de medio millar de personas consultadas telefónicamente.
Y en el bando republicano, la misma encuesta indica que es Donald Trump el que tiene una clara ventaja respecto a sus rivales: un 54 % de respaldo frente al 25 % que atribuye al gobernador de Ohio, John Kasich, y el 16 % del senador de Texas Ted Cruz.
Mientras en la ciudad de Nueva York parece que sus opciones están claras, Trump dedicó la jornada a buscar mayores apoyos en la localidad de Plattsburg, en el norte del estado, horas antes de que se desplace a Connecticut para seguir su campaña.
Trump recibió hoy un regalo inesperado cuando el periódico New York Post publicó un editorial en el que le expresa su respaldo, aunque también refleja puntos negativos de su campaña y lo critica al destacar algunos de sus dichos y decisiones.
«Trump es un mensajero imperfecto que lleva un mensaje vital, pero refleja lo mejor de los ‘valores neoyorquinos’ y representa la mejor esperanza para todos los estadounidenses que acertadamente se sienten traicionados por la clase política», dice el Post.
Pero también dice que el lenguaje de Trump a menudo ha sido poco profesional y «grosero». «¿Pero qué se puede esperar de alguien que nunca ha sido un político profesional y refleja las pasiones del hombre de la calle?», se pregunta el diario.
Cruz, por su parte, buscó votos en otras localidades del interior del estado y Kasich participó en actos políticos en Utica y Watertown.
En uno de esos actos, el gobernador de Ohio tuvo que aclarar algunos términos al comentar la queja de una estudiante por el aumento de los abusos sexuales en las universidades.
Kasich recomendó a los jóvenes que eviten ir a fiestas «donde hay un montón de alcohol». Posteriormente insistió en condenar este tipo de asaltos sexuales y recalcó que la única víctima es la persona que los sufre.
La jornada electoral de hoy siguió al intenso debate que mantuvieron Clinton y Sanders el jueves por la noche, el más áspero que han mantenido hasta ahora y que forma parte del nuevo tono que ha surgido en su rivalidad política ante la votación de Nueva York.
En unas declaraciones a la televisión, Clinton hoy acusó a Sanders de «seguir la corriente» de la «campaña negativa» que lleva a cabo su equipo contra ella, a pesar de que el veterano senador se había comprometido a evitarlo.