El Gobierno canadiense presentó hoy un proyecto de ley sobre suicidio asistido que permitirá a adultos que padecen enfermedades incurables o graves morir bajo la supervisión de personal médico.
El proyecto de ley establece que, para poder optar al suicidio asistido, el paciente tiene que tener al menos 18 años de edad, estar en posesión de sus facultades mentales y expresar por escrito su voluntad de morir.
El proyecto de ley fue presentado hoy por las ministras de Salud, Jane Philpott, y Justicia, Jody Wilson-Raybould, y es fruto de la decisión el año pasado del Tribunal Supremo del país de declarar anticonstitucional la prohibición existente de permitir el suicidio asistido.
La ministra de Justicia señaló al presentar la ley que «la ayuda médica en el momento de la muerte es un tema delicado y complejo sobre el que muchos canadienses mantienen puntos de vista profundos».
«Al reconocer la inherente dignidad de todos los canadienses, estamos proponiendo la opción de una muerte pacífica para pacientes con graves condiciones médicas cuya salud se está deteriorando y sufriendo de forma intolerable», añadió Wilson-Raybould.
En 2015, el máximo tribunal del país dio al Parlamento canadiense un plazo de un año para modificar las leyes y presentar un proyecto de ley que legalice el suicidio asistido.
El proyecto de ley presentado hoy señala que la normativa está destinada para «adultos que sufren de forma intolerable y para quienes la muerte es razonablemente previsible».
La ministra de Justicia declaró que «cada canadiense se merece el acceso adecuado a cuidados sanitarios de alta calidad, incluido al final de su vida».
El proyecto de ley fue inmediatamente criticado tanto por los partidarios de la eutanasia, que consideran que impone demasiadas restricciones, como por grupos conservadores opuestos a la muerte asistida.
La Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica, uno de los grupos que llevó a los tribunales la prohibición de permitir los suicidios asistidos en el país, dijo en un comunicado que el texto «excluye categorías enteras de canadienses en sufrimiento que deberían tener el derecho a una muerte asistida segura y digna».
«El resultado inevitable es que habrá personas atrapadas en un sufrimiento intolerable o abandonados sin otra elección que suicidarse en situaciones potencialmente peligrosas», añadió el grupo.
Por su parte, el grupo Médicos Canadienses por la Vida afirmó que estaba preocupado por el proyecto de ley porque «es muy deficiente» al no establecer un «periodo de espera» o la necesidad de estar muriendo, solo que la muerte sea «previsible, un término que no está definido en el proyecto de ley».
Sin embargo, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, afirmó hoy durante una rueda de prensa que «este Gobierno está concentrado en respetar los derechos de los canadienses, en permitir que tengan opciones al mismo tiempo que protegemos a los más vulnerables de la sociedad».
El proyecto de ley tiene que ser ahora debatido en la Cámara Baja del Parlamento canadiense, donde el gobernante Partido Liberal de Trudeau tiene mayoría absoluta.
Trudeau ha anunciado que permitirá a sus diputados que voten con libertad sobre el proyecto de ley.
Posteriormente, la legislación será debatida en el Senado canadiense, donde el opositor Partido Conservador mantiene la mayoría absoluta, lo que puede causar problemas para su aprobación definitiva.