– El primer ministro canadiense, Stephen Harper, se vio forzado hoy a aceptar una reunión con líderes indígenas ante el aumento de las protestas en todo el país contra la eliminación de derechos de los grupos aborígenes.
Harper dijo hoy a través de un comunicado que se reunirá con los indígenas canadienses el próximo 11 de enero.
«Participaré en una reunión de trabajo con una delegación de líderes de las Primeras Naciones (indígenas) coordinada por la Asamblea de Primeras Naciones», dijo Harper.
El anuncio se produce pocas horas después de que un portavoz de la jefa indígena Theresa Spence, quien hoy cumple 25 días en huelga de hambre para reclamar una reunión con Harper, dijo a Efe que su salud se estaba deteriorando rápidamente.
Danny Metatawabin, portavoz de Spence, dijo ayer que la líder indígena sufre «fuertes dolores estomacales, está cansada y débil» y que su condición estaba deteriorándose rápidamente.
«No sabemos lo que va a pasar a partir de ahora», añadió Metatawabin.
Harper se había negado a reunirse con Spence u otros líderes tribales canadienses que han expresado su oposición al proyecto de ley C-45 que el Gobierno canadiense aprobará en las próximas semanas.
Según los jefes indígenas, el proyecto de ley infringe los tratados que las tribus firmaron con la Corona británica y el Gobierno canadiense para regular sus derechos sobre el territorio y los recursos naturales.
La huelga de hambre de Spence ha generado un amplio movimiento de protesta entre los jóvenes aborígenes de todo el país, que desde hace semanas han protagonizado diariamente manifestaciones y bloqueos de carreteras y vías férreas en las principales provincias canadienses.
La protesta de Spence, jefa tribal de los attawapiskat en la provincia de Ontario, ha servido de catalizador para unificar reclamaciones históricas de los indígenas del país.
Los indígenas canadienses sufren condiciones de vida muy inferiores a las del resto de los habitantes del país, con los mayores niveles de desempleo, enfermedades, drogadicción, pobreza infantil y encarcelamiento, y que han sido denunciadas por la ONU.
Las mujeres indígenas también sufren elevados índices de violencia sexual y asesinatos.
De hecho, una de las demandas de los grupos indígenas es que el Gobierno canadiense forme una comisión pública que investigue la desaparición y asesinato de alrededor de 2.000 mujeres y niñas indígenas en los últimos años.
Líderes indígenas y políticos canadienses han advertido en los últimos días que la situación estaba escalando rápidamente y es «volátil».
En su comunicado de hoy, Harper reconoció que, «aunque se ha avanzado algo, se debe hacer más para mejorar los resultados para las comunidades de Primeras Naciones en todo Canadá».
Harper dijo que su reunión de la próxima semana se centrará en los tratados y los derechos indígenas y su desarrollo económico.
Toronto (Canadá), 4 ene (EFE).