Lisboa, 3 oct (EFE).- Portugal vive hoy una tranquila jornada de reflexión sin incidentes en la víspera de unas de las elecciones legislativas más disputadas de su historia, cuyos resultados, a juzgar por los sondeos previos, auguran escenarios complicados para formar gobierno.
Después de meses en los que el opositor Partido Socialista (PS) de António Costa se perfilaba como favorito, las encuestas se decantan desde mediados de septiembre hacia la coalición conservadora liderada por el actual primer ministro luso, Passos Coelho, con una ventaja cada vez mayor frente a su contrincante.
No obstante, el elevado número de indecisos -se estima que en torno al 20 % del electorado- mantiene la expectación en Portugal, donde este domingo casi 9,7 millones de personas elegirán entre las dieciséis candidaturas que se presentan a los comicios, trece partidos y tres coaliciones.
Está previsto que el presidente de la República, Aníbal Cavaco Silva, se dirija esta noche al país con un mensaje en el que, según desveló él mismo esta semana, apelará a los portugueses a que acudan a las urnas.
Cavaco Silva, que está a punto de acabar su mandato, tendrá que enfrentarse después de este lunes a un panorama complicado si se cumple lo que auguran los sondeos: un escenario sin mayorías absolutas y en el que, a priori, no se espera que pueda haber acuerdos para gobernar entre varias formaciones.
Integrada por el Partido Social Demócrata (PSD) y el democristiano CDS, la coalición conservadora Portugal à Frente obtendría alrededor del 35 % de los votos, frente al 30 % de los socialistas.
La ventaja de Passos Coelho le impediría, no obstante, revalidar la mayoría absoluta con la que gobierna ahora, y la falta de partidos en la derecha con posibilidades reales de obtener diputados impide que la coalición pueda pactar con otras formaciones.
Al otro lado del espectro político, las encuestas prevén que las otras dos fuerzas de la izquierda con representación en el Parlamento, el Partido Comunista Portugués (PCP) y el marxista Bloque de Izquierda (BE, por sus siglas en portugués), obtengan cerca del 10 y el 5 % de los sufragios.
Sin embargo, tampoco está previsto que los socialistas puedan aliarse con estas fuerzas para llegar al Gobierno.
Tanto el líder comunista, Jerónimo de Sousa -que acude a las elecciones en coalición con los ecologistas-, como la portavoz del BE, Catarina Martins, han repetido varias veces que no están disponibles para llegar a un acuerdo con los socialistas.
Algunos analistas incluso plantearon la hipótesis de formar un Gobierno de «bloque central» entre conservadores y socialistas, fórmula que ya fue utilizada en Portugal en los años 80, pero que ambas formaciones descartaron durante la campaña.
Ante este escenario, Cavaco Silva, que durante meses ha repetido la importancia de que Portugal tenga un Ejecutivo mayoritario y estable, deberá decidir si encarga la formación de un Gobierno en minoría o si intenta buscar otros consensos.
El presidente portugués no acudirá este año a la ceremonia del 5 de octubre, que conmemora la fecha en la que se proclamó la República en Portugal -en 1910-, para poder deliberar sobre los resultados de los comicios y tomar una decisión.
Aun así, el propio Cavaco aseguró esta misma semana que ya tenía claro cómo iba a actuar tras las elecciones.
«En cuanto al día 5, estoy muy tranquilo, sé muy bien lo que haré y todos saben que soy totalmente indiferente a cualquier presión, vengan de donde vengan», dijo durante una vista a Nueva York.
El jefe del Estado luso se negó entonces a desvelar a qué criterio otorgaría prioridad en el caso de que un partido obtuviese mayor número de votos pero otra formación le superase en número de diputados, un escenario fruto de la aplicación del Sistema d’Hont que planteaban algunos sondeos.
Tras la intensa campaña electoral que finalizó este viernes, estos interrogantes quedarán resueltos mañana en los colegios electorales lusos, que abrirán desde las 8.00 hora local (7.00 GMT) hasta las 19.00 (18.00 GMT).
En el archipiélago de las Azores permanecerán abiertos una hora más.
Paula Fernández