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Vargas Llosa alerta sobre la «putrefacción» en Venezuela y la corrupción en región

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El nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. EFE/Archivo
El nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. EFE/Archivo

Charleston (EE.UU.), 3 oct (EFE).- El nobel de Literatura Mario Vargas Llosa execró hoy en Charleston (Carolina del Sur, EE.UU.) la «putrefacción total» que padece Venezuela y advirtió de que la «corrupción» es la mayor amenaza para la democracia en América Latina.

Con estas contundentes palabras, Vargas Llosa (Arequipa, 1936) apeló en un multitudinario acto a los gobernantes de la región para que manifiesten una defensa sin ambigüedades de la democracia, con motivo de la asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que se celebra en dicha ciudad.
El escritor peruano reprobó expresamente la «falta de coraje» y «neutralidad» de los Gobiernos latinoamericanos a la hora de denunciar «dictaduras crecientes» como la venezolana y fomentar la lucha inequívoca contra la corrupción en sus países.
En un conversación que mantuvo con el periodista argentino Andrés Oppenheimer, Vargas Llosa, de 79 años, fue tajante al asegurar que Venezuela es una «putrefacción total» por consecuencia del denominado socialismo del siglo XXI y que se encamina a unas elecciones fraudulentas en los comicios parlamentarios de diciembre próximo.
«(El presidente venezolano, Nicolás) Maduro solo puede ganar estas elecciones mediante un fraude monstruoso», dada su «impopularidad» y la pobreza, corrupción gigantesca, inflación galopante y alta criminalidad en que ha sumido al país suramericano, avisó el autor de «La fiesta del chivo».
Y sentenció sobre el tema de la corrupción en Venezuela: «Los jefes del Gobierno venezolano son los jefes de las mafias. Los militares están todos comprados a través del negocio de la mafia».
Vargas Llosa, que se mostró lleno de energía y lucidez durante toda la entrevista de una hora de duración, ironizó para decir que, examinando la historia de los fracasos de la democracia en Latinoamérica, solo se puede llegar a la conclusión de que la «perseverancia en el error es una característica latinoamericana», lo que fue recibido con risas por el numeroso público.
Se concentró también en criticar sin ambages al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, a quien tildó de «gran demagogo» que ha impulsado «leyes represivas» que ahogan la libertad de expresión y a los medios de comunicación.
Previamente, señaló al narcotráfico como «enemigo peligroso en América Latina de la libertad de expresión», un fenómeno criminal que «ve en la prensa libre su enemigo» y que debe ser derrotado con las herramientas del «coraje y la responsabilidad».
Volvió a situar la lacra de la corrupción como el mal primero que carcome a muchos países y gobiernos de Hispanoamérica, y citó, entre otros, el caso de Brasil, un país que, apuntó, «parecía haber despegado y ha frenado y retrocede» con los «inversores sin querer invertir un centavo».
El también premio Cervantes de 1994 achacó el retroceso brasileño a la «corrupción de vértigo» que devora al país y que se mostró en «niveles de apogeo» con el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Durante cinco días, la SIP abordará los principales desafíos en el sector de la comunicación en Latinoamérica, especialmente la libertad de expresión, la violencia contra periodistas (11 muertos en el último semestre), la alta concentración de medios en manos de algunos Gobiernos o el auge de la prensa digital y las nuevas tecnologías.
Sobre esta última cuestión, tecnología y medios, el escritor peruano nacionalizado español hizo un diagnóstico: La tecnología es «fuente de progreso», pero «librada a sí misma puede crear un mundo de robots, Hay que humanizarla».
No se libraron tampoco de sus ataques los movimientos secesionistas en Europa, especialmente el de Cataluña, un nacionalismo al que tachó de «ficción maligna» creada a partir de «mentiras».
El nacionalismo catalán, subrayó, es una «ficción creada» a partir de «mentiras y falsificaciones del pasado y de la realidad presente».
También se pronunció sobre el magnate Donald Trump, favorito en los sondeos sobre la contienda presidencial republicana para llegar a la Casa Blanca, a quien retrató como «profundamente antidemocrático», un «demagogo de tipo racista».
No obstante, aseguró que el precandidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos «no tiene la menor posibilidad de convertirse en el candidato de su partido».
Trump practica el «viejo racismo de la caverna» y eso le «descarta en un país tan profundamente democrático como Estados Unidos», apostilló.
El problema, a ojos de Vargas Llosa, es que los «prejuicios son más profundos a veces que los argumentos racionales» y calan en partes de la población.
En cuanto a la visita del papa Francisco a Cuba y las críticas por su rechazo a reunirse con miembros de la disidencia en la isla, Vargas Llosa consideró que el hecho de que no se viera con opositores responde a una «operación política de más largo alcance».
Eso sí, planteó la «gran incógnita» de si «quedarán solo en retórica los gestos y declaraciones» de Francisco, porque, hasta ahora, afirmó, «detrás de estos no hay nada».
Se despidió con humor de los numerosos periodistas congregados en el salón de conferencias diciendo que el «fantasma del nobel» le deja tranquilo y no le ha convertido en una estatua, «un muerto en vida».
En la cita anual de la SIP participan más de 300 asistentes del 2 al 6 de octubre procedentes de más de una veintena de países.

Emilio J. López

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