Jerusalén, 18 sep (EFE).- Barrios palestinos de Jerusalén Este y Cisjordania fueron escenario hoy de manifestaciones violentas en protesta por los duros enfrentamientos esta semana entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas.
Decenas de palestinos -en su mayoría con síntomas de asfixia-, y cuatro efectivos de la Policía de Fronteras israelí, resultaron heridos hoy en violentos choques y máxima tensión en esos territorios ocupados por Israel en 1967.
Los disturbios se iniciaron poco después del mediodía cerca de la Puerta de Damasco, uno de los accesos a la ciudadela antigua de Jerusalén, en cuyo interior está la Explanada de las Mezquitas, que alberga la Cúpula de la Roca y Al Aqsa -tercera en la jerarquía islámica-, considerada por los judíos el Monte del Templo, pues allí se alzaron los bíblicos templos de Salomón y Herodes.
Los ánimos en la ciudad amurallada estaban caldeados después de conocerse las restricciones impuestas por Israel, y de que el movimiento islamista palestino Hamás llamara a una «jornada de la ira», en una semana de enfrentamientos en el recinto sagrado.
Tres palestinos resultaron heridos junto al puesto militar de Qalandia, que sirve de acceso a la ciudad cisjordana de Ramala, por balas recubiertas de caucho disparadas por fuerzas israelíes en una protesta que recorrió el campo de refugiados adyacente tras la oración en las mezquitas, informó la agencia palestina «Maan».
Varias decenas más sufrieron asfixia por inhalación de gas lacrimógeno, disparado por las fuerzas de seguridad israelíes, que emplearon granadas de estruendo, gases y balas del calibre 0,22 para dispersar a jóvenes palestinos que arrojaron piedras, botellas vacías y cócteles molotov.
Una portavoz del Ejército israelí confirmó que se producían enfrentamientos en varios puntos de Cisjordania y al tratarse de incidentes en evolución no pudo precisar más detalles.
Protestas similares se sucedieron a lo largo de Cisjordania, como en la localidad de Bilín, donde varios activistas resultaron afectados por inhalación de gas, o en Kfar Cadum, donde resultaron heridos de bala al menos tres menores, según testigos citados por el medio.
También se produjeron enfrentamientos en Hebrón, Nablus, Tulkarem y Kalkilia y en las inmediaciones del principal puesto de control en Belén, donde testigos aseguran que en este caso, fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) «asaltaron» a los manifestantes y detuvieron al menos a 13 menores.
Al menos dos palestinos resultaron heridos en la noche del jueves por fuerzas israelíes en las áreas de Belén y Nablus, en este último caso de extrema gravedad y después de que un vehículo israelí fuera atacado con una bomba incendiaria.
Más de 5.000 agentes de la Policía israelí se encontraban desplegados hoy en torno a la ciudad vieja de Jerusalén, vigilados desde el aire por helicópteros y globos aerostáticos con cámaras adosadas, en previsión de altercados, como los que anoche tuvieron como blanco vehículos y objetivos militares israelíes.
Los barrios palestinos de Jerusalén Este han sido hoy epicentro de las protestas donde ha habido lanzamiento de piedras y bombas incendiarias contra los agentes del orden israelíes.
Los choques se registraron en Silwán, Ras el-Amud, Wadi Joz, la Puerta de Damasco, Isawiya, A-tur o Jabel Mukaber.
En este último, cuatro agentes de la Policía de Fronteras israelí resultaron heridos hoy en choques con manifestantes palestinos: Dos de ellos por fuego y otros dos por cócteles molotov.
Varios palestinos, cuyo número no ha sido confirmado, resultaron heridos en los choques, donde la policía empleó medios antidisturbios para dispersar y desbloquear calles en las que habían colocado ruedas y contenedores en llamas.
La Policía informó de al menos cinco palestinos detenidos en los últimos incidentes, entre ellos cuatro menores.
El presidente palestino, Mahmud Abás, trasladó anoche al papa Francisco y a su homólogo egipcio, Abdelfatah al Sisi, su preocupación ante la perspectiva de que las «agresiones israelíes» en Jerusalén conviertan el conflicto político en uno religioso.
La tensión se inició el domingo, víspera de la celebración del año nuevo judío y durante tres jornadas consecutivas fuerzas israelíes entraron en la Explanada de las Mezquitas a fin de dispersar a musulmanes que arrojaban piedras o trataban de sabotear visitas al lugar.
Israel defiende que «combate la violencia» y ha adoptado una serie de medidas destinadas a impedir y sofocar disturbios en los que se incluyen lanzamiento de piedras y bombas incendiarias contra civiles y sus fuerzas de seguridad.
Por Daniela Brik