Medellín (Colombia), 2 sep (EFE).- La firma de un acuerdo con la guerrilla de las FARC que ponga fin al conflicto armado colombiano no significará necesariamente la paz inmediata del país, que puede tardar generaciones, afirmó el experto canadiense en reconstrucción social y en situaciones de conflicto Diego Osorio.
Osorio, mediador y oficial de operaciones políticas, humanitarias y de coordinación civil-militar con diferentes agencias de Naciones Unidas por 17 años, habló con Efe en la ciudad colombiana de Medellín (noroeste) donde esta semana participó en el foro «Cities for life», en el que dio una charla sobre reconciliación y prevención de conflictos.
Señaló que un posconflicto necesitará ante todo de un «compromiso de todos los ciudadanos» y opinó que en los diálogos de paz que se celebran en La Habana desde 2012 más que negociar el fin de medio siglo de confrontación armada, lo que se está acordando «es la paz de los bisnietos».
«Esto es para largo. Es un proceso de varias generaciones. La paz, como la gente entiende, es en el futuro, pero no mañana», dijo Osorio, de padres colombianos y quien ha trabajado en asuntos humanitarios y de conflicto en países como Afganistán, Irak, Kosovo, Haití, Pakistán e Indonesia, entre otros.
El experto consideró que la firma de un acuerdo de paz, que termine con la violencia como un instrumento de acceso al poder político, no será «la panacea» y tampoco implicará que automáticamente «Colombia sea Suiza».
Señaló además que en el periodo del posconflicto incluso «puede haber un incremento de violencia porque hay muchas cosas que van a necesitar reacomodarse», en referencia a eventuales disputas por el poder entre facciones de las FARC, la guerrilla más grande del país, que pueden estar en desacuerdo con lo que sus líderes pacten con el Gobierno.
Osorio insistió en que las generaciones actuales verán una disminución de un «cierto tipo» de violencia, pero serán las generaciones futuras las que verán «la verdadera paz».
El experto, que trabajó en el Banco Mundial y el servicio diplomático canadiense, indicó que durante el posconflicto Colombia deberá cambiar estructuras gubernamentales, de participación, democráticas y sociales para que la gente «tenga respiro» y la paz se vuelva «algo interno».
Señaló además que los actores que intervienen en los diálogos en La Habana deben tener una «actitud abierta» y retroalimentarse de experiencias como la de Afganistán o los Balcanes, pues considera que allí «hay lecciones aprendidas».
Osorio manifestó que con el actual proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el país «tiene una oportunidad histórica» y la debe aprovechar pues si no se logra una salida negociada al conflicto armado más antiguo de América Latina, el panorama sería aún más negativo.
«Lo que hay en Colombia en este momento en términos de problemáticas y conflicto es manejable», dijo al identificar que en esta nación andina hay «potencial» para lograr cosas buenas, pero también cosas «muy malas».
El conflicto armado colombiano ha dejado cerca de siete millones de víctimas.
Según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica, desde 1958 hasta 2012 se cuentan un total de 220.000 asesinatos, 5.712.506 desplazamientos forzados, 25.007 desaparecidos y 27.023 secuestrados.