Caracas, 6 jul (EFE).- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo hoy que para detener «la provocación» de Guyana con respecto al conflicto territorial que mantienen los dos países decidió llamar a consultas a su embajadora, al tiempo que ordenó una «revisión integral» de las relaciones bilaterales.
«He decidido llamar a consultas a la embajadora de la República Bolivariana de Venezuela en Guyana (Reina Margarita Arratia), reducir el tamaño y el nivel de nuestra embajada en Guyana y he ordenado a la Cancillería una revisión integral de las relaciones con el Gobierno actual de Guyana», dijo Maduro.
El presidente hizo el anuncio durante una alocución especial que ofreció ante la Asamblea Nacional de Venezuela (AN, Parlamento) para hablar del conflicto territorial con Guyana, en la que pidió «todo el apoyo» del Parlamento y del país.
Maduro aseguró que Venezuela es «atacada» diariamente por el presidente de Guyana, David Granger, y que en recientes declaraciones, el canciller guyanés, Carl Greenidge, ofreció unas declaraciones llenas de ofensas, desprecio y racismo hacia su país.
«Desde el primer día en que asumió la presidencia el señor David Granger envié a la propia embajadora de la República Bolivariana de Venezuela en Georgetown para que intentara un diálogo directo, franco, lo hice una, dos, tres veces, inclusive mandé a Georgetown a un enviado presidencial», comentó el gobernante.
Según Maduro, su Gobierno conocía de las «provocaciones» desde Guyana para «avivar» el conflicto territorial entre las naciones y aseguró que «todo forma parte de un plan de provocación que cuenta con el apoyo decidido, el financiamiento, de trasnacionales petroleras, de la Exxon Mobil».
Dijo, además, que este plan «cuenta con el apoyo decidido de importantes ‘lobbys’ de poder en Washington y de agencias del poder estadounidense».
Indicó, asimismo, que se trata de una «campaña de odio» que tiene como «objetivo supremo» dividir a la región y llevar a los dos países «a un conflicto de alta intensidad para destruir la unión caribeña, la unión latinoamericana (…) y traernos la guerra a nuestra frontera».
Adelantó que «algunos elementos» de estas acusaciones que hizo contra Guyana hoy «serán presentados en el transcurso de las próximas semanas y meses en todos los organismos internacionales» para dar esta «batalla por la paz y la soberanía del país».
Agregó: «Vamos a acudir a todos los organismos, a la Organización de Naciones Unidas, a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, a la Unión de Naciones Suramericanas, ya hemos activado algunos de ellos».
Reiteró que el discurso «provocador» del Gobierno guyanés es «grave» porque está «intoxicado de violencia y de odio» y es dicho por quien sabe usar el lenguaje «para ofender, para herir, para manchar».
El pasado sábado la Comunidad del Caribe (Caricom) cerró su cumbre anual con una advertencia a Venezuela de que su reclamo sobre el Esequibo puede «envenenar» las relaciones con la región.
Maduro emitió un decreto el pasado 26 de mayo estableciendo como suyas de forma unilateral todas las aguas del Atlántico frente a la costa del Esequibo, donde ese mismo mes el gigante petrolero estadounidense Exxon Mobil confirmó el hallazgo de una «significativa» reserva de petróleo.
Mientras Venezuela reclama que se detenga la exploración hasta que se resuelva este conflicto, Guyana trata de recabar apoyos internacionales que detengan las pretensiones territoriales del país vecino.
La controversia limítrofe abarca un área de unos 160.000 kilómetros cuadrados, lo que supone unas tres cuartas partes del territorio de Guyana.