Ginebra, 25 abr (EFE).- El objetivo planteado por la Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), su máximo órgano de decisión, de reducir en un 75 por ciento los casos de malaria para este año se quedará sin cumplir, a pesar de los esfuerzos internacionales para atajar esta enfermedad.
Con esta evidencia se conmemora hoy el Día Mundial de Lucha contra la Malaria, cuyo principal mensaje es que la derrota de esta enfermedad depende de las inversiones financieras y en capital humano que se hagan con este fin.
«A pesar del progreso, es improbable que los países de África alcancen el objetivo de la Asamblea Mundial de la Salud de reducir los casos y muertes por malaria para 2015», reconoció su directora para este continente, Matshidiso Moeti.
«Se necesitan más inversiones para salvar vidas y expandir el acceso a la prevención de la malaria, a diagnósticos y tratamientos», recalcó la responsable para África.
Moeti subrayó que esos requerimientos son urgentes para detener la propagación de la malaria resistente a los fármacos y para adelantarse a riesgos inminentes, como la aparición de mosquitos resistentes a los pesticidas.
La malaria se concentra en África, aunque no es exclusiva de esta región.
A pesar de que entre los años 2000 y 2013 el número de casos en poblaciones de riesgos declinó un 34 por ciento y la mortalidad en un 54 por ciento, la malaria provoca en África la muerte de 528.000 personas, de un total de 584.000 fallecimientos en todo el mundo.
La OMS considera que el acceso limitado y las insuficientes intervenciones contra la malaria en los países son las dos razones principales del excesivo número de casos y de muertes por una enfermedad que se puede prevenir.
Lo evidencian hechos como que hasta hace poco más de un año -al que corresponden las últimas estadísticas oficiales- el 33 por ciento de hogares en África seguían sin un solo mosquitero con pesticida y sólo el 29 por ciento los tenían para cada miembro de la familia.
La malaria impacta de forma desproporcionada en los niños, que representan tres de cada cuatro fallecimientos por malaria en el mundo, lo que supone una tasa de mortalidad del 58 por ciento en Africa y del 53 por ciento globalmente.
Con ocasión del Día Mundial de Lucha contra la Malaria, la OMS actualizó sus recomendaciones para combatirla con el fin de mejorar la prevención en menores de cinco años y mujeres embarazadas, los dos grupos más vulnerables.
Para enfermos de malaria que no presentan complicaciones, la Organización aconseja una terapia combinada basada en la artemisina, de probada eficacia y efectos secundarios reducidos.
En total se compraron 392 millones de tratamientos en 2013, frente a 11 millones en 2005, una expansión que, sin embargo, no impide que millones de personas sigan sin ser tratadas por la malaria.
La primera causa es que las comunidades más afectadas tienen acceso limitado a los servicios sanitarios.
La entidad sanitaria ha empezado igualmente a recomendar que se someta a pruebas de diagnóstico a todos los casos sospechosos de malaria para garantizar que los medicamentos sólo se usan en personas que realmente han contraído la enfermedad.
Las pruebas de diagnóstico rápido están actualmente disponibles en todo el mundo y 319 millones de ellas fueron adquiridas en 2013, un gran salto con respecto a los 46 millones de 2008.
Las organizaciones internacionales que trabajan en la lucha contra la malaria estiman que se necesitan unos 100.000 millones de dólares para eliminar la malaria para 2030.
Esa inversión permitiría salvar doce millones de vidas, evitaría 3.000 millones de casos y supondría una ganancia global de 270.000 millones de dólares, que en parte provendrían de la recuperación de la productividad que se pierde en África por esta enfermedad. Isabel Saco