En esta edición compartir 15 minutos con Germán Gutiérrez, periodista y académico Colombiano quien ha trabajado con las diferentes comunidades de London en procura de ayudar a los inmigrantes de todos los rincones del mundo con sus procesos de inclusión y participación plena en la vida Canadiense.
¿Germán, Cuanto lleva viviendo en Canadá y cuál ha sido su experiencia en este país?
Regresé a Canadá hace 12 años, esta vez para quedarme. En 1980 habíamos visitado el país con mi esposa y lo que inicialmente iba a ser un corto viaje de negocios se convirtió en un año entero de agradable permanencia. Los recuerdos amables de ese primer contacto con el país fueron sin duda la semilla que a la postre nos condujo a la decisión de echar raíces en Canadá.
¿Ese fue su primer contacto con Norteamérica?
No, José. Mi peregrinaje por América ha sido un poco diferente al de otros inmigrantes. Mi Padre era funcionario de las Naciones Unidas y mi infancia transcurrió en Nueva York, donde mi familia vivió durante varios años. Allí estudié toda mi Primaria y los primeros años del Bachillerato. Al término de su misión, mis padres regresaron a Colombia y mientras ellos se dedicaban a sus actividades profesionales, mis hermanos y yo vivíamos la inusual experiencia de tener que aprender nuestro idioma materno en calidad de segundo idioma y buscar adaptarnos a costumbres, formas de pensar y actuar totalmente diferentes a las que nos acompañaron durante nuestros primeros años. Fue todo un reto, pero cuando se es niño todo fluye de manera natural. La mente y el cuerpo son dúctiles aun y se adaptan con agilidad a las circunstancias cambiantes.
¿Y cuáles son los recuerdos más significativos para usted de su vida en Colombia?
Ah José, son muchos y muy gratos! En Colombia culminé el Bachillerato e ingresé a la Universidad de los Andes donde estudié Economía. El Matrimonio le puso término un poco accidentado a la carrera, y empecé a trabajar en el Banco del Comercio. Allí hice la especialización en análisis financiero que ofrecía el Chase Manhattan Bank a los gerentes y subgerentes de sucursal y logré consolidar una carrera llena de éxitos y muchas satisfacciones. A finales de la década de los 70 el Banco me encomendó la dirección del departamento nacional de Fiduciaria, cargo que me permitió viajar por todo el país, coordinando las actividades del departamento en más de 114 sucursales. Fue mi primer contacto con la abrumadora belleza de la geografía Colombiana y la inmensa riqueza natural de nuestro país. Mi carrera bancaria seguía avanzando y tuve el privilegio de presidir el Comité de Fiducia de la Asociación Bancaria. El Banco del Estado me ofreció la dirección de su División Fiduciaria desde donde pude ayudar a consolidar proyectos sociales de gran envergadura. Al cabo de unos años, a mi regreso del viaje que hice con mi esposa a Canadá, decidí cambiar el curso de mi vida y acometer otro tipo de actividad. Llevaba 10 años de trabajo continuo y, la verdad, necesitaba un respiro.
¿Qué rumbo tomó su vida entonces?
Mi primer impulso fue enseñarles Ingles a los muchos ejecutivos que aspiraban a escalar posiciones en la Empresa privada y veían frustradas sus aspiraciones por falta del idioma. Había conocido a Luis Jorge Santos, inteligentísimo empresario y lingüista que había creado todo un sistema propio. Nos hicimos muy amigos, y me invitó a ayudarle a generar la expansión de su Instituto, el Centro de Idiomas Winston Salem. En total abrimos cuatro sucursales nuevas en Bogotá, Cali y Medellín y pasé de ser profesor de Inglés del Centro a trabajar como su director nacional. Pero había algo que me impedía sentirme satisfecho. Era el momento de levar anclas. Ya no tenía lugar posible para ascender en el Centro. Así que me retiré para fundar mi propia empresa. A pesar de mi retiro, mi amistad con Luis Jorge fue y sigue siendo sólida y gratificante. Es un gran hombre y un extraordinario ejecutor.
¿Se retiró para montar su propio centro de idiomas?
No, José. Ese era un capitulo que se cerraba por algunos años. Durante una inauguración de una sucursal del Winston Salem, Luis Jorge había invitado a hablar a Juan Harvey Caycedo quien accedió encantado. A partir de ese contacto, Juan Harvey y yo desarrollamos una gran amistad. A instancias suyas hice los cursillos y tomé los exámenes para obtener la licencia de locutor de Radio y Televisión y eso transformó mi destino. Al retirarme de Winston Salem, monté mi propia empresa, Manejo de Imagen Limitada. Paralelamente a mis actividades en el campo de la publicidad, ingresé a la Radio. Durante varios años disfruté la emoción de los estudios de Radio y Televisión. Escribí guiones y leí comerciales de Radio y T.V para más de 15.000 productos diferentes. Tuve muchísimas satisfacciones. Conduje un programa de Noticias en A.M. para RCN durante 3 años en compañía de conocidos amigos y colegas de la Asociación Colombiana de Locutores, de la cual fui miembro activo durante casi 15 años.
Son muchos los personajes que conocí y las historias que tuve oportunidad de compartir en esa época.
¿Y entonces se retiró de la actividad en Radio y Televisión?
En realidad ese fue el principio. Como profesional independiente me iba mucho mejor que como asalariado. Tenía una buena cantidad de tiempo libre que podía dedicar a otras cosas. Así que decidí regresar a las aulas universitarias. Ingrese a la Universidad Jorge Tadeo Lozano. La esposa de mi colega Juan Gossain, Margot Ricci era la decana de la facultad de Comunicación Social y Periodismo. Ingresé al programa y tuve la dicha de volver a ser primíparo, de ir a clases, tomar notas, investigar y escribir. Me gradué con extraordinarios amigos, entre ellos, la actual Decana de la Facultad, Vera Schutz.
Me dediqué con renovados bríos al periodismo. Es una carrera que amo profundamente. Pero también es una carrera de alto riesgo. Y esos riesgos terminaron trayéndome de regreso a Norteamérica. Me hice miembro de Screen Actors Guild (SAG) y de la American Federation of Televisión and Radio Artists (AFTRA) y durante varios años he producido guiones y leído comerciales para Radio y Televisión tanto en Ingles como en Español para Europa, Estados Unidos y América Latina. Tuve un contrato exclusivo de un año con Discovery Channel en Miami, en desarrollo del cual pude trabajar en el formato que más satisfacciones me trae, el Video Documental.
¿Bueno German, pero volvamos a Canadá y a su experiencia en este país.
Desde que llegué de regreso, José, supe que mi misión tenía que incorporar una manera real y efectiva de darles una mano a las muchísimas familias que estaban llegando a un territorio totalmente desconocido, con un idioma igualmente desconocido y con el miedo de no poder regresar ni avanzar hacia horizontes claros. Nuevamente regresé al aula, esta vez por un corto periodo de un año para obtener la Licencia de profesor de Inglés como Segunda Lengua sin la cual no es posible ejercer la enseñanza de idiomas de manera acreditada en Canadá. Al terminar el estudio ingresé al School of Language and Liberal Studies de Fanshawe College y llevo ya once años enseñando el Ingles a alumnos internacionales e inmigrantes. Recientemente, el College me ha ofrecido un nuevo encargo como investigador y escritor de currículo para la facultad.
En lo social, Canadá me ha ofrecido la oportunidad de poder dar algo a quienes necesitan y compartir con quienes están en posición de ofrecer. El mundo necesita de muchísima buena voluntad, muchísima buena fe, y muchísima transparencia para poder sobrevivir a los muchos retos que amenazan la supervivencia de la Democracia, de la justicia y de la equidad.
Son muchas las cosas que tenemos por hacer y muchas las dificultades. Tantas que a veces el futuro parece abrumador para gran cantidad de inmigrantes. Pero la Esperanza es el Don especial que nos permite seguir adelante y la solidaridad el único camino.
¿Y en lo Político?
Lo Político, de lo cual no hemos hablado mucho, José, ha sido un tema recurrente en mis últimos 25 años de vida. He desarrollado actividades sociales y políticas tanto en Colombia como en Canadá, siempre con amables satisfacciones y logros que, aunque limitados, han impactado positivamente a algunos sectores de poblaciones necesitadas. Tengo la firme convicción de que a la política se debe llegar no como cuestión de ambición personal o de interés egoísta, sino como respuesta a un llamado a la conciencia que exige de tiempo, sacrificio y dedicación. El mundo está hastiado de políticos de carrera, que han hecho de su dedicación un modus vivendi. La política necesita ahora de personas que estén en capacidad de ofrecer desinteresadamente su tiempo y esfuerzo para promover soluciones efectivas a los graves problemas que enfrenta la sociedad contemporánea.
Nota: Germán Gutiérrez actualmente busca la nominación como candidato de uno de los partidos canadienses en el área de London North- centre.
Por: José Rey
