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Lufthansa responde ante el Parlamento, a un mes de la tragedia de Germanwings

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El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr (dcha), conversa con el ministro alemán de Transporte, Alexander Dobrindt, a su llegada a la Comisión de Transportes. EFE
El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr (dcha), conversa con el ministro alemán de Transporte, Alexander Dobrindt, a su llegada a la Comisión de Transportes. EFE

Berlín, 22 abr (EFE).- El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, compareció hoy ante la comisión de Transportes del Parlamento alemán, a punto de cumplirse un mes de la tragedia del avión de Germanwings y cuando apenas quedan dudas de que el causante de la catástrofe, con 150 muertos, fue su copiloto Andreas Lubitz.

«Para nuestra compañía han sido cuatro semanas en situación de estado de excepción», afirmó Spohr ante los medios, tras casi dos horas de intervención ante ese órgano parlamentario, junto con el ministro de Transportes, Alexander Dobrindt.
En esas semanas, desde el 24 de marzo en que se estrelló contra los Alpes franceses el Airbus A320 que había partido de Barcelona con destino a Düsseldorf, lo prioritario fue «atender a los familiares de las víctimas», indicó el presidente de Lufthansa, matriz de la compañía de bajo coste Germanwings.
En ese tiempo han discurrido en paralelo las diligencias de las fiscalías francesa y alemana implicadas en la investigación, cuyos resultados, aún parciales, apuntalan la tesis de la responsabilidad directa de Lubitz en la catástrofe, indicó Dobrindt.
«La evaluación detallada de las dos cajas negras del aparato han reforzado las sospechas de que el copiloto estrelló con toda intención el Airbus contra la montaña», dijo el ministro.
Dobrindt recordó que, tal como informó en su momento la fiscalía francesa, tanto las grabaciones de voz como los parámetros de vuelo indican que Lubitz accionó los dispositivos precisos para hacer descender el aparato y luego aceleró su velocidad hasta estrellarlo.
En los próximos meses se presentará un primer informe provisional y las conclusiones definitivas se harán esperar aún, advirtió el ministro, para expresar su confianza en que aporte datos «de relevancia» a las investigaciones un vuelo de prueba que se realizará a finales de mayo repitiendo la ruta de 4U9525.
Se tratará de reproducir así los parámetros de vuelo y los sonidos de las grabaciones de las cajas negras, entre ellos, los gritos desesperados del capitán, instando a Lubitz a abrir la puerta de la cabina de vuelo, que al parecer cerró por dentro aprovechando que se había quedado solo.
Dobrindt y Spohr rehusaron dar estimaciones acerca del monto que alcanzarán las indemnizaciones a los familiares, aunque se sabe que las aseguradoras de Lufthansa han reservado 278 millones.
Tampoco precisaron cuándo se les entregarán los restos mortales de las víctimas: «Eso está en manos de las autoridades francesas», indicó el presidente de la aerolínea.
La compañía empezó a transferir la semana pasada 50.000 euros por cada pasajero a sus familiares, a modo de pagos puentes.
Lo que finalmente perciban las familias dependerá, en buena medida, de la regulación específica de los países de origen de las víctimas, con legislaciones muy diversas, recordó el ministro.
La mayoría de los ocupantes del aparato eran alemanes y españoles, pero además viajaban ciudadanos con pasaportes de Israel, Marruecos, México, Reino Unido, Argentina, Colombia, Holanda, Estados Unidos, Venezuela y Chile.
La comparecencia de Spohr ante la comisión parlamentaria se produjo a punto de cumplirse un mes de la catástrofe y unos días después del funeral de Estado celebrado en la catedral de Colonia, en presencia de la plana mayor de la política alemana, de familiares de las víctimas y de la cúpula de Lufthansa y Germanwings.
La fiscalía de Düsseldorf, mientras tanto, prosigue sus investigaciones centradas en el entorno, personalidad y antecedentes médicos de Lubitz, de quien se sabe que interrumpió su formación en la escuela de Lufthansa en 2009 por una depresión.
Por los registros realizados en la vivienda de sus padres, en la localidad de Montabaur (oeste), y en la suya de Düsseldorf se supo que estaba de baja médica el día de la catástrofe, lo que ocultó a su empleador, y que había seguido sucesivas terapias en varias consultas.
La fiscalía no ha dado nuevas informaciones desde su último comunicado, el 4 de abril, ni se prevé que lo haga «en los próximos días», según indicaron a Efe fuentes de ese departamento.

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