El papa Benedicto XVI dijo hoy que «la justicia requiere que se supere el desequilibrio entre quien tiene lo superfluo y quien le falta lo necesario», mientras que la «caridad empuja a estar atento al prójimo y a sus necesidades», en lugar de defender los propios intereses de uno.
El papa se dirigió en el tercer domingo de Adviento a los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano para el tradicional rezo del Angelus dominical, tras el cual bendijo las estatuillas del Niño Jesús que portaron los niños romanos.
Antes del rezo, Benedicto XVI habló de la figura de Juan Bautista en el que se puede ver «un criterio de justicia, animada por la caridad».
Según el papa, «la justicia y la caridad no se oponen, son en cambio necesarias entre sí y se complementan la una a la otra».
Asimismo a través de la figura de Juan Bautista frente a los recaudadores romanos que aprovechaban su cargo para robar, el papa subrayó la necesidad de cumplir el séptimo mandamiento, «no robar».
También la relación del Bautista con los soldados enviados por Roma «otra categoría dotada de un cierto poder», le llevó a advertirles de no maltratar, ni extorsionar a nadie.
«La conversión comienza por la honestidad y el respeto a los otros, una indicación que vale para todos y especialmente para quien tiene mayor responsabilidad», aseguró el Obispo de Roma.
Por ello, refirió el papa Ratzinger, las indicaciones del Bautista «son siempre actuales porque también en nuestro mundo complejo las cosas irían mejor si cada uno observase estas normas de conducta».
Después saludó en ocho lenguas y envió uno especial a los niños de Roma que fueron a la Plaza de San Pedro para que el papa bendijera las estatuillas del Niño Jesús.
Previamente, Benedicto XVI celebró una misa en la parroquia de San Patrizio del Colle Prenestino y en la homilía insistió en la necesidad de vivir siguiendo los criterios de solidaridad y justicia.