Phoenix (EEUU), 27 ene (EFE).- Los Patriots de Nueva Inglaterra llegaron a Arizona para disputar la 49 edición del Super Bowl ante los Seahawks de Seattle, y lo hicieron más unidos y desafiantes que nunca, pero a la vez con un gran respeto hacia los defensores del título de campeones.
Antes se habían despedido de la afición en Boston a la que prometieron que el domingo lucharan al máximo por conseguir el cuarto título de campeones en la historia del equipo.
Previo a su partida, el mariscal de campo Tom Brady señaló que no ha hablado con los investigadores de la liga sobre el escándalo de los balones desinflados y que el asunto ya había quedado fuera de lo que realmente interesaba al equipo, además pensaba que la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) no dará a conocer el resultado de la investigación hasta después del partido del Super Bowl.
«Creo que todos estamos listos para el Super Bowl. Es una gran oportunidad para nosotros, y nuestros muchachos han trabajado muy duro, así que espero que podamos salir y jugar nuestro mejor partido el domingo», prometió Brady a los aficionados.
Por su parte, el entrenador en jefe de los Patriots, Bill Belichick, dio por terminado el tema de los balones y dejó en claro que está concentrado totalmente en el Super Bowl.
«Mi atención ahora esta 100 por ciento en el Super Bowl. Ya di dos conferencias y no hablaré mas del tema», sentenció Belichick. «Esta semana solo hablamos del Super Bowl».
Los Patriots buscan el cuarto título de su historia, luego de consagrarse campeón tras las temporadas del 2001, 2003 y 2004 y haber disputado otros dos Super Bowls más, el del 2008 y 2012.
El duelo entre los Patriots, campeones de la Conferencia Americana (AFC) y de los Seahawks, de la Nacional (NFC), será el quinto entre equipos que acabaron la temporada regular con la mejor marca en sus respectivas conferencias desde que en 1990 se estableció el actual formato de competición de la fase final.
El exapoyador Willie McGinest asistió al aeropuerto a recibir a los jugadores del equipo para el que compitió entre las temporadas de 1994 y 2005.
Luego ya en su hotel en el área de Phoenix, en la primera rueda de prensa que ofrecieron a los cientos de periodistas, se dio la primera sorpresa cuando el dueño de los Patriots, Robert Kraft, la abrió y habló claro y contundente acerca del asunto de los balones desinflados.
«Apoyo incondicionalmente a Bill (Belichick) y Tom (Brady)», sentenció Kraft. «Luego de investigar este asunto a fondo internamente, estoy cada vez más convencido de que los Patriots de Nueva Inglaterra no hicieron nada mal».
Las desafiantes declaraciones llegaron el mismo día que varias fuentes periodísticas informaron que la NFL ya tenía a un sospecho en el llamado «Deflategate» y que se trataría de un utilero que había movido los balones del vestuario de los árbitros a otra habitación, pero sin que se haya confirmado que él fuese el que le quito el aire a los balones.
Lo que si quedó claro en el primer día de los Patriots en Arizona es que tanto Kraft, Belichick y Brady han formado un frente unido y que en el caso del dueño ha sido tajante no sólo con la defensa a ultranza que ha hecho de lo profesionales sino en «exigir» que una vez finalizada la investigación si no hay nada de que culparlos la propia NFL les pida disculpas.
«Me molesta mucho como se ensució la reputación de Bill (Belichic) y Tom (Brady), y si la investigación demuestra que los Patriots no fueron culpables, esperaré una disculpa por parte de la NFL», subrayó Kraft.
Kraft también añadió sentirse «decepcionado por el modo en que todo el asunto ha sido manejado y dado a conocer al público», en un claro señalamiento a la liga y a la prensa. «Esperamos hechos concretos en lugar de evidencia circunstancial filtrada, respecto a la investigación».
Luego habló Belichick, que agradeció a su dueño por el apoyo y se dedicó hablar de lo único que le interesa y es el Super Bowl por lo que de forma diplomática recordó a los periodistas que había dedicado dos conferencias de prensa para hablar del asunto de los balones.
«No hablaré más del asunto hasta que concluya la investigación, y sólo hablaré del Super Bowl», comentó Belichick, que al igual que Brady disputa el sexto Super Bowl con los Patriots. «Nos espera un gran partido, un gran rival como son los Seahawks con un excelente entrenador, Pete Carroll».
Brady siguió los pasos de su entrenador y dijo que «en su momento admití que me dolió, pero ya es cosa del pasado», comentó Brady. «Ahora sólo pienso en Seattle».
De la misma manera se expresaron el resto de los jugadores que hablaron con los periodistas a la espera del martes tener en el tradicional «Día de la Prensa», último encuentro con los profesionales de la información antes de concentrarse por completo en el partido del próximo domingo a disputarse en el University of Phoenix Stadium, de Glendale (Arizona).
Por su parte, Carroll quiso también dejar zanjada la polémica surgida con las declaraciones del esquinero de su equipo Richard Shelman que comentó a los periodistas que no habría castigo a los Patriots mientras que el comisionado de la NFL, Roger Goodell comiese con Kraft.
«Richard (Sherman) tiene derecho a expresar su opinión, pero no creo que conozca muy bien ni al comisionado ni al señor Kraft», comentó Carroll, que fue entrenador de los Patriots desde 1997 al 2000 cuando lo despidieron y en su lugar llegó Belichick.