Un Congreso republicano enfrentado a las prioridades legislativas del presidente estadounidense, Barack Obama, una economía en crecimiento con un probable giro en política monetaria y el calentamiento de motores para las elecciones presidenciales auguran un agitado año 2015 en Estados Unidos.
Obama afrontará en enero, por primera vez en su presidencia, una mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso que amenaza con dificultar su agenda en el plano nacional, bloquear un potencial acuerdo con Irán sobre su programa nuclear e impedir cualquier cambio de política hacia Cuba, según expertos consultados por Efe.
En el plano económico, se espera que EEUU continúe a la cabeza de la recuperación tras la crisis en las economías avanzadas, apoyado en un mercado laboral fortalecido y el precio a la baja del petróleo.
En ese clima, es más que probable que la Reserva Federal (Fed) dirigida por Janet Yellen proceda, a mediados de 2015 o incluso antes, con una subida de los tipos de interés de referencia, que desde 2008 permanecen entre el 0 % y el 0,25 %.
Esa posibilidad inquieta a algunos economistas, por su efecto imprevisible en la recuperación.
«Es esencialmente imposible saber cómo van a reaccionar los mercados, y hasta qué punto la economía va a ser vulnerable a esa reacción», dijo este mes Lewis Alexander, un exfuncionario de la Fed y del Departamento del Tesoro, a la revista Politico.
El ambiente político estará marcado por la conquista republicana de ambas cámaras del Congreso por primera vez desde 2006, obtenida en las elecciones legislativas de noviembre pasado y que les otorga el control de un Senado hasta ahora demócrata y la mayor mayoría conservadora en la Cámara Baja desde la Segunda Guerra Mundial.
«Ahora los republicanos realmente tienen poder, y no pueden simplemente tirar bombas a Obama», dijo a Efe Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad estatal de Iowa.
Por tanto, puede esperarse la aprobación de más leyes en un Legislativo que ha batido récords de improductividad durante la presidencia de Obama, pero también una serie de ataques a las prioridades de la Casa Blanca que obligarán al mandatario a ser «más pragmático» y negociar con los republicanos, pronosticó el experto.
La nueva mayoría republicana, irritada por la reciente acción ejecutiva de Obama para suspender ciertas deportaciones, no tendrá como prioridad la aprobación de una reforma migratoria que abra una vía a la ciudadanía para los indocumentados, pero sí se espera que apruebe medidas para reforzar la seguridad en la frontera.
En política exterior, los expertos coinciden en que no habrá grandes problemas para aprobar una nueva autorización de guerra que sirva como base legal para la campaña contra el Estado Islámico (EI), una compleja tarea que quedará en manos de un nuevo secretario de Defensa, Ashton Carter, de ser confirmado por el Senado.
La complejidad del combate al EI puede provocar el «envío de más tropas de EEUU» a Irak «a corto plazo», explicó a Efe Gordon Adams, experto en política exterior en la American University.
Por otra parte, el acuerdo alcanzado en noviembre entre Irán, EEUU y otras potencias para prolongar siete meses las negociaciones sobre el programa nuclear iraní ha enfurecido al ala republicana del Congreso, suspicaz hacia Teherán y deseosa de ampliar las sanciones.
«Doy por supuesto que el nuevo Congreso intentará bloquear un acuerdo con Irán e imponer sanciones más duras», sostuvo Adams, que anticipa una «gran lucha» en la que Obama tratará de «vetar cualquier proyecto de ley» de sanciones.
También dará que hablar en 2015 la probable coincidencia de Obama y el presidente de Cuba, Raúl Castro, en la Cumbre de las Américas en abril en Panamá, tras el reciente e histórico anuncio de los mandatarios norteamericano y cubano de iniciar un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas desde 1961.
Ese proceso contempla, entre otros puntos la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses, aunque cualquier avance sustancial podría toparse con la oposición de un Congreso republicano.
«Abrirse a Cuba sería un buen legado para Obama en sus relaciones con Latinoamérica, pero desgraciadamente no es una prioridad», dijo a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter, que sí ve posible «cambios modestos» en la relación bilateral.
Por último, se espera que Obama establezca en 2015 una nueva meta para seguir reduciendo las emisiones de carbono, un paso con el que quiere continuar su liderazgo para alcanzar un compromiso mundial al respecto durante la Cumbre del Clima de París a finales de año.
2015 será también el año del esperado anuncio de la exsecretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton sobre si competirá por la candidatura demócrata en las elecciones presidenciales de 2016, algo que virtualmente todos los analistas esperan que haga.
Su anuncio marcará el tono tanto para las primarias demócratas, en las que no tiene un rival fuerte; como para las republicanas, para las que suenan nombres como los del exgobernador de Florida Jeb Bush, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, o el excandidato presidencial en las elecciones de 2012, Mitt Romney.
Lucía Leal / Washington, 29 dic (EFE).-