La Fuerza Aérea de Estados Unidos lanzó hoy al espacio un avión orbital no tripulado X-37B desde la base aérea de Cabo Cañaveral (Florida) en una misión cuyos detalles no han sido revelados.
El vehículo, que se asemeja a un pequeño transbordador como los que utilizaba la NASA para sus viajes espaciales, partió a bordo de un cohete Atlas V tal y como estaba previsto, según indicaron a Efe fuentes de la Fuerza Aérea.
La Fuerza Área no ha especificado cual será la misión de esta nave, que forma parte de un programa experimental con el que el Departamento de Defensa quiere asegurarse de que cuenta con las tecnologías necesarias para tener una plataforma en el espacio «segura, reutilizable y no tripulada».
El objetivo, según el Departamento de Defensa, es poder tener las naves espaciales reutilizables adecuadas para el futuro y contar con la capacidad de transportar experimentos que puedan ser devueltos y examinados en la Tierra.
No obstante, algunos medios estadounidenses especulan sobre que puede tratarse de una nave espía para localizar satélites enemigos o simplemente una señal de fuerza hacia el Gobierno chino, que prevé construir su propio vehículo espacial.
En declaraciones recogidas por la cadena Fox, el profesor de la Universidad de Harvard Jonathan McDowell, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, ha indicado que el vehículo espacial podría llevar sensores diseñados para actividades de espionaje y este viaje sería para probarlos.
El avión espacial X-37B comenzó su existencia como un proyecto civil financiado por la agencia espacial estadounidense (NASA) en 1999 para la prueba de tecnologías de aterrizaje y diferentes modelos de naves espaciales.
La NASA le pasó el programa en 2004 a la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (o DARPA, por su sigla en inglés), del Pentágono. Y la Fuerza Aérea tomó el control en 2006.
El vehículo de prueba orbital X-37B lo construyó la firma Boeing en su planta de Seal Beach (California), tiene el tamaño equivalente a dos autobuses escolares y pesa unas cinco toneladas. Su costo, según apuntan algunos medios, es de 1.000 millones de dólares.
La bodega del avión espacial puede acomodar un par de satélites pequeños para su lanzamiento y colocación en órbita, pero no tiene, como los transbordadores, un brazo robótico para sujetar objetos en el espacio y recuperarlos.
La primera prueba de lanzamiento fue en abril de 2010 y la segunda en marzo de 2011. Los resultados de ambas misiones permanecieron como «material clasificado».