El presidente ruso, Vladimir Putin, llegó hoy a Belgrado, donde asistirá al mayor desfile militar en casi tres décadas, organizado para conmemorar el 70 aniversario de la liberación de la capital de la ocupación nazi por parte del Ejército soviético.
Unos 4.500 militares serbios de infantería, aviación y la flotilla fluvial tomarán parte en el desfile con sus pertrechos y vehículos.
El Ejército Rojo participó junto con los partisanos yugoslavos en los combates de liberación de Belgrado, en octubre de 1944.
Durante las pocas horas de visita a la capital serbia, Putin se entrevistará con el presidente serbio, Tomislav Nikolic, quien le recibió en el aeropuerto belgradense, y quien le condecorará con el máximo distintivo serbio, la Orden de la República de Serbia sobre la Gran Cadena.
Se reunirá también con el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, y con ambos tratará, sobre todo, de las relaciones bilaterales y económicas.
Nikolic y Putin tienen previsto también rendir homenaje y depositar ofrendas florales en el Cementerio a los Libertadores de Belgrado.
Está prevista, además, la reunión de las delegaciones serbia y rusa y la firma de varios acuerdos y protocolos de cooperación en el sector energético, militar, económico, de transporte y cultural entre los dos países aliados tradicionales, y de población mayoritaria eslava y cristiana ortodoxa.
La visita muestra los dilemas diplomáticos de Serbia, candidato a ingresar en la Unión Europea (UE), que ha sancionado a Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania, y a la vez un estrecho aliado de Moscú.
Serbia no ha impuesto sanciones a Rusia, tal como le exigía la UE, aunque sí ha respaldado la integridad territorial de Ucrania.
El país balcánico obtuvo el pasado enero el visto bueno para iniciar las negociaciones de acceso y espera que los primeros capítulos se abran ya antes de que termine este año.
La UE advirtió a las autoridades de Serbia de que confía en que «confirmen» sus aspiraciones proeuropeas durante la visita de Putin a Belgrado, y de que como país candidato debe «converger» con las políticas comunitarias, «incluidas las posiciones sobre medidas restrictivas».
La frágil economía serbia depende en gran medida de la cooperación con Rusia, sobre todo su sector energético.
También, Rusia es un respaldo importante para Serbia en su postura de no reconocer la independencia de Kosovo, autoproclamada en 2008 por esta antigua provincia serbia poblada por una mayoría de albaneses étnicos.
Desde Belgrado, Putin viajará a Milán (Italia) para asistir al foro Asia-Europa (ASEM).
Belgrado, 16 oct (EFE).-