Las niñas de Latinoamérica y el Caribe están en peor situación que los niños en casi todos los órdenes y son más vulnerables que ellos a los dos grandes problemas de la región: la desigualdad y la violencia.
En un informe publicado hoy con motivo del Día Internacional de la Niña (11 de octubre), la Oficina Regional de Unicef reconoce los avances de los países latinoamericanos y caribeños por mejorar la calidad de vida de los menores de edad, pero al tiempo «expresa su profunda preocupación por la situación de las niñas y particularmente de las adolescentes».
«Discriminación, embarazo precoz, unión temprana, matrimonio precoz, violencia de género, trabajo doméstico, explotación sexual, trata, falta de acceso a servicios de salud de calidad, falta de educación de calidad y limitadas opciones de educación en las zonas rurales, en particular para las niñas indígenas», son algunos de los problemas que enfrentan, de acuerdo con Bernt Aasen, director regional de Unicef para América Latina y el Caribe.
Los países de la región presentan la tasa de iniciación sexual temprana más alta del mundo con más del 22 % de las niñas que experimentan las relaciones sexuales antes de los 15 años. Asimismo, la violencia contra las mujeres y las niñas es un problema crítico en todos los países de la región, afirma Aasen.
Entre los muchos datos que contiene el informe destaca que casi el 20 % de todos los nacimientos en América Latina y el Caribe son de madres adolescentes
El acento de esta publicación está puesto en recordar que los derechos de niñas y adolescentes están protegidos por la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), ratificada por todos los países de América Latina y el Caribe, lo que implica obligaciones para los gobiernos.
Salvo en el acceso a la educación secundaria y superior, en el que el género femenino supera al masculino, las niñas y adolescentes están a la zaga de los niños y adolescentes en América Latina, empezando por la supervivencia y el desarrollo a edad temprana, algo que depende principalmente de los niveles de pobreza.
El informe menciona estadísticas de la Cepal que muestran que la pobreza es 1,15 veces mayor entre las mujeres que entre los hombres y 1,7 veces mayor entre los niños y niñas que entre los adultos y subraya que «esto significa que muchísimas niñas viven en la pobreza con altos niveles de riesgo para su supervivencia y desarrollo».
La mortalidad infantil ha descendido y los niveles de nutrición de los niños en general han mejorado, pero persisten enormes disparidades y desigualdades no solo entre países, sino también dentro de cada nación dependiendo de si es el medio urbano o rural o de si el niño es indígena o afrodescendiente.
La desnutrición crónica afecta al 15 % de niñas y niños menores de cinco años en la región, donde hay 222 millones de personas con edades de 18 años o menos.
En cuanto a la educación, más de 22 millones de niños, niñas y adolescentes no están en la escuela o corren el riesgo de abandonarla.
El acceso de niños y niñas a la enseñanza primaria es igual y en enseñanza secundaria y terciaria es superior el de ellas, pero «las niñas aún enfrentan discriminación de género en la escuela que a menudo determina su experiencia de aprendizaje y compromete su desarrollo futuro», dice el informe.
Unicef destaca la importancia de «garantizar la igualdad de género en la educación» y señala al respecto que un mayor nivel educativo «posterga el matrimonio y el nacimiento del primer hijo, reduciendo las tasas de embarazo temprano».
En América Latina y el Caribe aproximadamente 22.000 mujeres mueren por causas asociadas con el embarazo y parto cada año y las niñas menores de quince años tienen una mayor probabilidad de morir durante el parto que las mujeres mayores de veinte años, agrega el informe.
«El contexto general de discriminación de género y desigualdad, y su vulnerabilidad resultante, implica que las niñas están en mayor riesgo de violación de su derecho a salud sexual y reproductiva que los niños», señala Unicef.
Entre otros datos sobre salud sexual, el informe destaca que en América Latina y el Caribe las infecciones de transmisión sexual (ITS) afectan a una de cada 20 adolescentes cada año.
Actualmente hay en el mundo 1,3 millones de niñas y adolescentes (10 a 19 años) que están infectadas por el VIH en comparación con 780.000 niños y adolescentes.
En América Latina y el Caribe, «las niñas son especialmente vulnerables y están afectadas desproporcionadamente por la infección con el VIH debido a factores biológicos, sociales, económicos y culturales arraigados en la desigualdad basada en el género».
Uno de esos factores es el matrimonio temprano, que en algunos países es legal a los 12 años, o la unión temprana.
El informe ahonda también en problemas como la violencia doméstica, los abusos y la explotación sexual, la falta de acceso a servicios básicos como agua y saneamiento y la migración infantil.
Cerca de 2 millones de menores de edad son víctimas de explotación sexual cada año y la mayoría son niñas y, en promedio, 220 menores de 18 años mueren cada día debido a la violencia doméstica.
Bogotá, 9 oct (EFE).-