Washington, 21 ago (EFE).- La calma volvió a Ferguson (Misuri), después de una noche de protesta pacífica y sin incidentes tras la visita del fiscal general de EE.UU., Eric Holder, que expresó hoy su apoyo a esta comunidad a la que garantizó una investigación «justa», «exhaustiva» e «independiente.
Después de una noche de calma tras su visita, el fiscal general señaló en una rueda de prensa en Washington la necesidad de «reconstruir» una relación de confianza entre las fuerzas de seguridad y las comunidades donde sirven para garantizar un trato «justo e igualitario».
Holder, el primer fiscal general negro del país, señaló que este incidente ha traído a la superficie «tensiones subyacentes» que han existido durante años en Ferguson y que «hierven a fuego lento» también en otras comunidades del país.
El suceso ha desatado de nuevo el debate racial en el país, todavía con el recuerdo reciente del caso de Trayvon Martin, un adolescente negro que murió tiroteado por un vigilante voluntario en Florida en 2012, cuando volvía a casa de su padre después de comprar unos caramelos en una tienda cercana.
Durante su visita a Ferguson, un suburbio a veinte kilómetros de San Luis, se reunió con familiares de Brown, «quienes como muchos en Ferguson quieren respuestas», dijo Holder, que señaló que habló con ellos no solo como fiscal general sino también como padre de un adolescente.
El fiscal general dijo entender la «desconfianza» generada en algunas comunidades con las fuerzas de seguridad, pero aseguró que el Departamento de Justicia seguirá apoyando a Ferguson y continuará con el diálogo iniciado por este suceso sobre la necesidad de un acercamiento.
Holder señaló que la investigación federal abierta «llevará tiempo», pero los ciudadanos de Ferguson pueden tener confianza en que los agentes federales, investigadores y fiscales a cargo llevarán una investigación «justa», «exhaustiva» e «independiente».
El Departamento de Justicia abrió una investigación federal para determinar si hubo violaciones de las leyes federales sobre derechos civiles y ordenó una autopsia independiente de la realizada por las autoridades locales.
La calma volvió en la noche del miércoles a Ferguson, y en la avenida West Florissant, epicentro de las protestas, se concentraron menos personas y volvieron a sus casas antes, lo que favoreció una madrugada tranquila sin confrontación con la policía y con tan sólo seis arrestos, frente a los 47 del día anterior.
«Hoy ha sido una noche muy buena en Ferguson», informó en una rueda de prensa el capitán de la Patrulla de Carreteras de Misuri, Ron Johnson, un negro nacido y crecido en la región, que ha sido asignado para supervisar la respuesta a las protestas y apaciguar las tensiones.
«Los pequeños pasos llevan a grandes pasos. Damos pasos pequeños cada noche», aseguró Johnson, quien consideró que la visita de Holder dio confianza a la población de que sus demandas de justicia están avanzando. «Creo que llevó a esta comunidad a saber que sus voces han sido oídas», dijo.
Todavía está por aclarar qué sucedió el pasado 9 de agosto, cuando Michael Brown, de 18 años, fue disparado por el policía Darren Wilson al menos seis veces, según reveló el informe preliminar de la autopsia encargada por su familia.
El joven caminaba por el medio de la calle con un amigo cuando el agente les ordenó que usaran la acera, lo que generó una discusión.
La Policía dice que Brown se abalanzó contra el vehículo y atacó al agente, algo que ha negado su acompañante, quien aseguró que cuando el agente empezó a disparar, el joven levantó las manos en señal de rendición.
El agente, que no ha hecho ninguna aparición pública desde el suceso, ha sido suspendido temporalmente del cuerpo. Solo algunos amigos le han defendido en los medios -algunos bajo pseudónimo- y se ha creado un grupo de Facebook en su apoyo tras las protestas.
Kevin Gregory, amigo de Wilson desde hace 9 años y aspirante a oficial de policía, se refirió a él como un policía entregado al que le gusta ayudar a las personas y se mostró convencido de que actuó en defensa propia.
«No tengo ni una mínima duda: Estoy cien por cien seguro de que temió por su vida», aseguró Gregory en declaraciones al St. Louis Post-Dispatch.