El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, presentó hoy a políticos y empresarios de El Salvador la nueva política de seguridad que anunció hace una semana para unificar los esfuerzos del Estado ante el reciente aumento de la criminalidad.
«La única forma de ser más efectivos es trabajar juntos y construir juntos, es por ello que para nosotros es importante que ustedes conozcan» esta política para combatir la delincuencia, dijo el mandatario durante la presentación en la Casa Presidencial ante diputados y dirigentes políticos y de gremios empresariales.
Sánchez Cerén no ha precisado a partir de cuándo se empezará a implementar esa política de seguridad, la que anunció el 9 de julio pasado en un encuentro con representantes de medios de comunicación locales.
Reiteró que la «Política Nacional de Justicia, Seguridad y Convivencia 2014-2019» tiene cinco ejes fundamentales que son: la prevención de la violencia y de la delincuencia; el control y la represión del delito y la violencia; la rehabilitación y la reinserción social; la atención a las víctimas; y el fortalecimiento de la institucionalidad de la seguridad pública.
«Esta política, a nuestro juicio, trasciende a este Gobierno. Nosotros queremos alcanzar resultados positivos y sostenidos en el tiempo y partimos también de que la seguridad es un problema de todos», destacó.
Con esta nueva política se va a combatir «más eficazmente la delincuencia en todas sus formas, pero dentro de todo hay dos delitos en los que vamos a poner mucha atención, que son los homicidios y las extorsiones», enfatizó.
Indicó que también incluye un «reingeniería en la Policía Nacional Civil» y el aumento de su armamento y vehículos, como lo mencionó el 9 de julio.
En esa ocasión, explicó que la nueva política «va a implicar un giro estratégico en materia de seguridad», que permitirá «romper con la dispersión institucional, tener un solo camino», para combatir la delincuencia.
Entre otras acciones, además del reforzamiento de la Policía, se centralizará el sistema de Inteligencia y se incrementará la coordinación de las fuerzas de seguridad con la Fiscalía General de la República, añadió el mandatario.
El Salvador es uno de los países más violentos de Centroamérica, en el que entre enero y el 6 de julio de este año al menos 1.910 personas han sido asesinadas, 789 muertes más que las 1.121 del mismo período del año pasado, según datos proporcionados hoy por el presidente.
Pese al incremento, Sánchez Cerén destacó que, de acuerdo a datos del ministro de Seguridad, Benito Lara, en 80 de los 262 municipios del país «no se registran asesinatos y en 43 se reporta solamente un asesinato» al día.
Sin embargo, reconoció que «sí están diseminadas en todo el país» las pandillas, grupos de delincuentes a quienes las autoridades de seguridad les atribuyen la mayoría de los asesinatos en El Salvador.
«En cifras globales, existen 199 localidades en donde se comete el 20 % de los crímenes y 63 donde se concentra el 80 % de las muertes provocadas por la delincuencia», indicó el mandatario.
San Salvador, 16 jul (EFE).-