Caracas, 23 jul (EFE).- El juicio contra el opositor venezolano Leopoldo López por los hechos violentos tras una manifestación en febrero que desató las protestas contra el Gobierno arrancó hoy con quejas de su equipo jurídico y la afirmación del presidente Nicolás Maduro de que «tiene que pagar y va a pagar».
«Tiene que pagar ante la justicia y va a pagar ante la justicia. Tiene que pagar y va a pagar, así de sencillo. Bastante daño le hizo a este país, que siga la justicia en su propio camino, con sus propios métodos», afirmó hoy Maduro al ser preguntado por el inicio de un juicio que tendrá una duración incierta.
A través de un breve mensaje en la red social Twitter, la esposa de López, Lilian Tintori, informó del comienzo del proceso a López desde el tribunal que lo juzga tanto a él como a los estudiantes Marco Coello, Christian Holdack, Demian Martín y Ángel González por los incidentes del 12 de febrero en Caracas.
Ese día una marcha antigubernamental convocada por López se juntó con otra estudiantil al finalizar frente al Ministerio Público y a su término varios encapuchados atacaron la sede de la Fiscalía y varios vehículos policiales.
La jornada se saldó con tres muertos y decenas de heridos y detenidos y dio inicio a una ola de protestas en Venezuela, ya extinguida, que dejó 43 muertos y cientos de heridos.
En las horas siguientes al 12 de febrero, López fue acusado directamente por Maduro de lo sucedido y, con una orden de captura en su contra, el líder del partido Voluntad Popular se entregó a las autoridades el 18 de febrero acompañado de miles de seguidores.
Desde entonces está recluido en el penal militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas.
López está acusado por instigación pública, agavillamiento (asociación para delinquir), daños a la propiedad e incendio y su causa fue elevada a juicio el mes pasado entre las quejas del equipo de abogados de López, que aseguran que se les negó la totalidad de las pruebas facilitadas por ellos para la defensa del político.
Maduro, que tildó a López de líder de la «ultraderecha» venezolana, dijo hoy que es «responsable de crímenes, violencia, destrucción de vidas humanas» y que «además» el político opositor «las planificó».
«Ustedes saben que es una pieza de los gringos en Venezuela. No de ahora, sino desde muy jovencito es una pieza y tiene toda esa visión mesiánica que nació para ser líder, presidente de Venezuela», aseguró.
El equipo de abogados de López no descarta que el proceso pueda alargarse días, semanas o incluso meses a pesar de que de momento no ha habido ninguna declaración oficial al respecto.
Juan Carlos Gutiérrez, uno de los defensores del líder opositor, dijo hoy a Efe que el político se encuentra en una situación de «indefensión».
«Estamos disminuidos, pero bueno, la batalla sigue», comentó, al asegurar que, pese a las negativa del tribunal de aceptar las pruebas, «todavía hay mucha tela que cortar».
Insistió en que, además de las pruebas rechazadas, «hay un recurso pendiente de apelación» por lo que «por simple lógica» hasta tanto ese recurso no sea resuelto, el juicio no debió iniciarse.
«Esta es una especie de estrategia perversa», agregó y recordó que entre las pruebas negadas figura el testimonio de 60 personas, incluyendo a más de 15 periodistas de diferentes medios de comunicación y sus materiales informativos gráficos y escritos.
En las últimas horas varios opositores venezolanos mostraron su solidaridad con López a través de las redes sociales o acompañando a su familia a su llegada al tribunal.
«Hoy inicia juicio de la justicia podrida contra nuestro compañero Leopoldo López, la 1 medida que hoy debería tomar la Juez es su libertad!», escribió el excandidato presidencial Henrique Capriles en su cuenta de Twitter, donde también se solidarizó con los estudiantes que permanecen presos.
La exdiputada María Corina Machado, que acompañó a Tintori hasta las puertas del tribunal, dijo que «el sistema judicial es el verdugo que utilizan para llevar adelante esta violencia en todos los espacios de la vida ciudadana» de Venezuela.
Afirmó que Maduro «le teme a la verdad, y que la juez que lleva el caso «es una marioneta» del presidente.
