La Comisión Interamericana de Derechos Humanos elogió hoy los avances en el continente americano en la adopción de leyes y políticas públicas para acabar con la violencia contra las mujeres, pero advirtió de que «existe una distancia significativa entre la legislación y su aplicación».
La CIDH difundió una declaración con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y añadió su preocupación por «la persistencia de la discriminación contra las mujeres en todos los ámbitos, incluyendo la política, la educación, el empleo y la salud».
«El hogar continúa siendo un lugar peligroso para muchas mujeres de América, debido a las altas tasas de violencia doméstica existentes», continúa el comunicado y añade que las mujeres víctimas de esta violencia afrontan obstáculos formidables en el acceso a la justicia.
«Para la mayoría de las mujeres, las leyes que existen en el papel sobre su derecho a la equidad y a la justicia no siempre se vuelven realidad», explica la CIDH.
La Comisión, que es un órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), afirmó que la discriminación contra las mujeres continúa profundamente arraigada en las estructuras sociales de los países de la región.
«En general, las mujeres están más afectadas por la pobreza que los hombres, tienen menos acceso a la vivienda y a los servicios de salud, y están sujetas a violencia física y sexual en mayor proporción que los hombres», sostiene.
Además, la CIDH describe una «interseccionalidad en la discriminación contra las mujeres, en base a factores como la raza, la etnia y la pobreza».
«En este sentido, por ejemplo, las mujeres indígenas y las mujeres afrodescendientes están particularmente expuestas a actos de violencia física, psicológica y sexual», añade.
«La Comisión ha destacado que la ausencia de una respuesta eficaz por parte del Estado y la impunidad reinante en relación con la violencia y la discriminación propician su repetición», concluye el comunicado.