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Los vulnerables

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Recientemente el Banco mundial dio a conocer un informe que mostró la nueva realidad social latinoamericana. El documento dio a conocer cómo los países latinoamericanos, en general, están creciendo y han visto disminuir la pobreza y la desigualdad (aunque siguen persistiendo ambas en amplios porcentajes de la población), Los datos son espectaculares. Según el informe la movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina, después de una década marcada por un crecimiento económico sostenido (a pesar de la crisis financiera global de 2008 y 2009) y por la disminución de la desigualdad en numerosos países, la pobreza moderada disminuyó en América latina en más de 10 puntos: de más del 40% de la población total en el 2000 a menos del 30% en el 2010, lo que supone que unos 50 millones de personas salieron de la misma en los últimos diez años.

Hasan Tuluy, vicepresidente del BM calcula que en la región, al menos el 40% de los hogares han ascendido de “clase socioeconómica” entre 1995 y 2010. La mayoría de los pobres que ascendieron no se registraron directamente en la clase media, sino que pasaron a formar parte de un nuevo grupo intermedio situado entre los pobres y la clase media que fue denominado por los expertos de BM como la clase de los “vulnerables” o como se le llama en nuestros países la clase del “rebusque” (personas con ingresos mayores a cuatro dólares diarios y menores a 10) y que constituye en la actualidad el grupo social más numeroso de toda la región.

El informe también mostró que, la clase media creció de manera notable: de 100 millones de personas en 2000 a 150 millones en 2010.

¿Pero Por qué esta aceleración tan grande de la diferencias sociales? Hay una combinación de factores entre los que se encuentran políticas macroeconómicas muy pragmáticas y bien elaboradas; muchos países están inmersos en políticas heterodoxas y semi estatales, que combinan la estabilidad macroeconómica con aumentos de la liquidez, gastos en infraestructuras, reducción del superávit primario, políticas sociales, etcétera. Han dejado de lado los aspectos más fundamentalistas del Consenso de Washington, como la estabilidad presupuestaria, como única prioridad y a costa de lo que sea, incluso del crecimiento económico.

Por otra parte, los países latinoamericanos aunque están endeudados en su gran mayoría, han mantenido un sistema financiero básicamente sano, sumándole políticas macroeconómicas a corto plazo y la creación de programas sociales de mayor magnitud y calidad creando empleo y en muchos casos dentro del sector formal de la economía, y en casos indirectos en la economía informal manteniendo un nivel de empleo a los más necesitados.

Otros de los factores que vemos en nuestros países y que es una constante es que las familias se muestran mayoritariamente esperanzadas en que sus hijos vivan mejor que ellos y se han esforzado por brindarle un futuro mejor.

La aparición de los “vulnerables” demuestra que  las necesidades que han tenido las familias más humildes de nuestros países los han fortalecido  para sacar adelante a las nuevas generaciones, sin esperar una ayuda directa del estado para solucionar sus carencias.

Este informe le deja ver a los gobiernos de la región el compromiso que deben tener con los más necesitados acabando con la corrupción y preocupándose realmente por brindarle a los suyos mejores servicios públicos, Seguridad Social, educación, la creación de trabajo decente y mejor calidad de vida.

Las economías europeas y la norteamericana ya crecieron y ya se desarrollaron; aquí ya todo esta hecho, pero en Latinoamérica todo está en desarrollo, es por esto que nuestra región es el objetivo de inversión de los grandes grupos económicos. La mano de obra es mas económica, los recursos naturales son casi que ilimitados y el mercado de consumo es relevante.

Aunque parezca paradójico Latinoamérica será en muchos de los casos el salvavidas de la economía mundial, los países industrializados ya lo saben. Pero algunos líderes de nuestra región siguen enfrascados en el pasado y preocupados en perpetuarse en el poder, limitando el desarrollo de sus pueblos.

“El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”. Juan Pablo II

 

 

 

 

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