Cuba adelanta las propuestas de unos 15 inversionistas de países como España, Rusia, Italia, China y Brasil con interés en establecerse en la Zona de Desarrollo del Mariel, la primera de su tipo en la isla, y donde esas compañías podrían estar trabajando en el segundo semestre del año.
La directora de la Oficina Reguladora de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM), Ana Teresa Igarza, afirmó hoy que esa entidad trabaja con un grupo de inversionistas que «están madurando» sus estudios de factibilidad, fundamentalmente en los sectores de la industria tradicional, la agroalimentaria y la biotecnología.
«Están bastante avanzados, son aproximadamente quince, con los que nosotros estamos haciendo un trabajo continuo y personalizado con el objetivo de que presenten cuanto antes los documentos», dijo Igarza a periodistas, sin precisar detalles.
La funcionaria, que hoy ofreció una conferencia en el marco de la Feria Internacional de la Construcción de La Habana, explicó que las «intenciones» de inversión en Mariel «se mantienen y han ido creciendo», y dijo que la proyección es que «a más tardar» concluido este primer semestre estén listos un grupo de expedientes para su tramitación.
La Zona Especial del Mariel, cuyo decreto regidor entró en vigor en noviembre pasado, es una de las apuestas del Gobierno de Raúl Castro para atraer capitales extranjeros, con la esperanza de convertir esa área en un motor de desarrollo para reanimar la maltrecha economía del país caribeño.
Como parte de la misma política y dentro de las reformas para «actualizar» el socialismo cubano, la isla aprobó en marzo una nueva Ley de Inversión Extranjera que contempla beneficios fiscales y abre sectores de la economía a capitales foráneos.
Igarza recordó hoy que en la Zona de Mariel, ubicada unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, existirá un régimen especial con mayores ventajas para los inversores y explicó pormenores de la contratación y pago a la fuerza laboral.
Según indicó, no existe un «tarifario» para los costos de la mano de obra y se decidirán previa negociación entre los inversionistas y una entidad empleadora estatal, que tendrá en cuenta aspectos como el valor de esa fuerza de trabajo en la región y en Cuba.
Del costo pactado, está previsto que la empleadora se adjudique un 20 por ciento para sus gastos mínimos «y el resto se lo paga al trabajador a un convertidor de 10 que ya está vigente y aprobado» y que próximamente se publicará en la Gaceta Oficial, detalló Igarza.
Ese «convertidor» funcionará mientras no concluya el proceso de unificación monetaria que vive Cuba, donde actualmente coexisten el CUP (peso cubano, moneda oficial y en la que los trabajadores estatales reciben sus sueldos) y el CUC (moneda dura, equivalente al dólar) en la que muchas empresas extranjeras pagan «gratificaciones» a sus empleados.
Actualmente 1 CUC equivale a 24 CUP, pero la tasa de cambio en Mariel se medirá a un valor de 10, por lo que un sueldo de 800 dólares, por ejemplo, representará uno de 8.000 pesos cubanos.
Cuba, donde el salario medio mensual es de 466 pesos cubanos (unos 20 dólares), ha reiterado que en el nuevo escenario de inversión extranjera las intermediarias entidades empleadoras no tendrán fin «recaudatorio», como ha sido por años el caso de la Agencia de Contratación a Representaciones Comerciales (Acorec).
«Esto va a motivar que el inversionista se sienta motivado porque tiene que pagar menos y el trabajador también porque recibe mayor cantidad de salario que el que venía recibiendo y por lo tanto se incentiva la productividad», apuntó Igarza.
Por otro lado, especificó que las normas de la Zona Especial permiten «una política de estimulación por resultados» y no contemplan «límite» para la fuerza de trabajo extranjera.
La Habana, 10 abr (EFE).-