El atentado del que salió ilesa hoy la candidata presidencial colombiana Aída Avella, del partido Unión Patriótica (UP), revive los temores a una nueva campaña criminal contra los movimientos de izquierda que ya había sido denunciada por sus líderes.
El atentado contra Avella, que regresó hace solo unos meses al país tras permanecer exiliada en Suiza 17 años por amenazas en su contra, se registró en la mañana de hoy cuando la caravana en la que se desplazaba por el departamento de Arauca (este) junto con el periodista Carlos Lozano, candidato al Senado por la UP, fue atacada a tiros por dos sujetos desde una motocicleta.
Tanto Avella como Lozano salieron ilesos tras un cruce de disparos entre los atacantes y los escoltas de Avella que se movilizaban en un vehículo de la Unidad Nacional de Protección, según informó el comandante de Policía de Arauca, coronel Camilo Álvarez Ochoa.
Tras el atentado, la candidata de la UP, partido que en los años 80 y 90 fue víctima de una campaña de exterminio que dejó cerca de 4.000 muertos, entre ellos dos candidatos presidenciales, Jaime Pardo Leal (1987) y Bernardo Jaramillo Ossa (1990); ocho congresistas, 13 diputados regionales, 70 concejales y 11 alcaldes, reclamó al Gobierno garantías para su campaña.
«Ante agresión en Arauca reclamamos el derecho a vivir y a ser opción de poder. ¡Sin garantías no habrá paz!», escribió la candidata en su cuenta de Twitter.
En otro mensaje por la misma red, Avella escribió: «Llamamos a la indignación! Cuál es la democracia que queremos para nuestro país? Aun vivimos sin miedo. Fuerza UP!».
También por Twitter, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dio instrucciones para brindar el máximo de protección a Avella.
«He dado instrucciones para que se proteja a Aída Avella con todo lo que sea necesario y se investigue qué pasó. Necesito resultados», escribió.
Por su parte el ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, manifestó en un comunicado su repudio por «actos que alteran la tranquilidad en la que deben transcurrir las campañas electorales de todos aquellos quienes aspiren a obtener el favor del voto popular».
De igual manera, el ministro reiteró la disposición del Gobierno a desplegar «todas las acciones que se requieran para el control y la judicialización de este tipo de manifestaciones intolerantes y contrarias a los valores democráticos».
El pasado 3 de febrero, movimientos de izquierda denunciaron la existencia de un panfleto con amenazas de muerte de la banda criminal Los Rastrojos a Avella y otros líderes.
En el panfleto se ofrecían recompensas de hasta 50 millones de pesos (unos 25.000 dólares) por atentar contra la vida de candidatos y representantes de la UP y del movimiento Marcha Patriótica, que dirige la exsenadora Piedad Córdoba.
El presidente Santos dijo entonces que «fuerzas oscuras», que no identificó, estarían detrás de la persecuciones contra líderes de la izquierda y ordenó al director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino, investigar «hasta el fondo» las denuncias.
Esta no es la primera vez que Avella es víctima de un atentado, pero el principal lo sufrió el 7 de mayo de 1996 cuando se desplazaba por la Autopista Norte de Bogotá y desde otro vehículo le dispararon con un lanzacohetes, además de varios tiros.
«No me pasó nada, tengo un ángel de la guarda que le toca trabajar mucho», relató recientemente Avella en una entrevista con Efe.
Sin embargo, ese hecho la obligó a exiliarse en Suiza, de donde regresó en noviembre pasado para participar en el V Congreso de la Unión Patriótica, reunión que marcó el resurgimiento de esa fuerza política y la eligió candidata presidencial para los comicios del próximo 25 de mayo.
Bogotá, 23 feb (EFE).-