La confrontación más fuerte en la campaña para las elecciones presidenciales de 2014 en El Salvador no la libran los principales candidatos sino el jefe de Estado Mauricio Funes y miembros de la oposición, entre ellos dos exmandatarios, por casos de supuesta corrupción en Gobiernos anteriores.
El tono de esa confrontación subió en los últimos días con el intercambio de descalificaciones entre Funes y los expresidentes Armando Calderón Sol (1994-1999) y Francisco Flores (1999-2004), entre otros miembros de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA, derecha), que gobernó 20 años hasta 2009.
Estos pleitos verbales ocupan amplios espacios en los medios locales de comunicación y son más intensos incluso que la pugna puramente electoral entre el candidato del gobernante Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN), Salvador Sánchez Cerén y su rival de ARENA, Norman Quijano.
Quijano también mantiene más polémicas con Funes que con Sánchez Cerén, vicepresidente del país, principalmente por las promesas del candidato opositor de que suprimirá la escolta de seguridad y dará a los pobres la residencia privada presidencial.
Funes, quien aprovecha cada comparecencia pública para lanzar sus dardos a los opositores, le ha pedido a Quijano que, desde ya, cumpla su promesa y renuncie a la seguridad que le brinda la Policía.
Aunque ha derivado en broncas sobre diversos temas al calor electoral, todo surgió de una denuncia que Funes ha hecho durante meses contra un traspaso de acciones de una empresa estatal de energía a la italiana ENEL, acordado en el Gobierno de Flores.
Funes se niega a acatar el fallo de un tribunal internacional de arbitraje que en 2012 condenó a El Salvador a cumplir el compromiso con ENEL, pues lo considera como una «privatización encubierta» y «lesiva» para el país.
La Fiscalía denunció recientemente ante la Justicia a una veintena de exfuncionarios del Gobierno de Flores, lo que echó leña al fuego y convirtió a este caso en el principal tema en lo que va de la campaña para los comicios del 2 de febrero de 2014.
Flores, principal asesor de la campaña de Quijano, ha salido en defensa de sus exfuncionarios, al igual que otras figuras de ARENA.
Pero Funes, entre continuas críticas a los Gobiernos de ARENA, lanzó recientemente un nuevo señalamiento contra Flores al pedirle que explique qué hizo con una donación de 10 millones de dólares de Taiwán a su Gobierno y cuyo paradero, aseguró, se desconoce.
Funes «todas las mañanas nace con una locura nueva; entonces, ¿cómo voy a reaccionar a tanta locura? (…). No tengo ni por qué preocuparme, ni por qué ponerle atención ni contestarle», expresó Flores.
«Locura, me parece a mí, es haberse metido en el bolsillo o haberse desviado fondos (…) que venían de parte de la cooperación» de Taiwán, insistió Funes.
Por su parte, Quijano dijo que Funes «está con altos niveles de estrés y ansiedad y eso es síntoma de inicios de esquizofrenia».
El gobernante respondió que «zapatero a tus zapatos» porque la esquizofrenia sólo la puede diagnosticar «un doctor en psiquiatría y no un dentista», profesión de Quijano.
Calderón Sol, recién llegado a la controversia, aseveró que la actitud de Funes «no es una posición de un presidente de la República», sino de un «activista del FMLN».
Al «ponerse en contra de ARENA en campaña electoral (Funes) está atropellando al proceso democrático salvadoreño», dijo Calderón Sol.
«¿Por qué rescatan cadáveres políticos?», le espetó Funes a un periodista que le pidió su opinión sobre lo dicho por Calderón Sol.
«No estoy haciendo campaña electoral, estoy defendiendo la institucionalidad del país», insistió el gobernante en alusión al conflicto por el negocio entre las empresas de energía.
El gobernante señaló que las críticas de los miembros de ARENA evidencian que «están desesperados» porque Quijano «en lugar de crecer ha venido cayendo» en las encuestas.
Flores afirmó que «Quijano va a ganar esta elección», lo cual «es la fuente del problema» con Funes.
Por el momento, esta guerra verbal entre el gobernante y miembros de la oposición centra la atención mediática en la campaña electoral, por encima de problemas como la crisis económica o la inseguridad, que según las encuestas son las principales preocupaciones de los salvadoreños.
Los sondeos no dan a ningún candidato como favorito para ganar el 2 de febrero, por lo que podría haber una segunda vuelta.
Luis Alfredo Martínez/San Salvador, 24 nov (EFE).-