La adelantada victoria de Sebastian Vettel (Red Bull), que se adjudicó el campeonato de la Fórmula Uno tres carreras atrás, pronosticaba ya un apático fin de semana en Interlagos marcado por la lluvia, así como por una menor asistencia de público y los pocos conocidos que se dejaron ver en el circuito.
Al final, Vettel consiguió igualar el récord del alemán Michael Schumacher de victorias en una temporada (13) tras una carrera que dominó de principio a fin y en la que fue acompañado en el podio por su compañero de equipo, el australiano Mark Webber, y el español Fernando Alonso (Ferrari).
Inevitablemente, la lluvia constante de estos días en Sao Paulo, se erigió protagonista del Gran Premio de Brasil y no dejó de estar presente ni en los entrenamientos libres del viernes y sábado o la ronda de clasificación, ni durante la última carrera de la temporada.
La mayoría de los pilotos apuntaron al factor climatológico como determinante en el resultado final: Vettel se mostró «sorprendido» tras hacerse con la «pole», Felipe Massa (Ferrari) culpó al agua acumulada en la pista por su posición de salida y su compañero, Alonso, reconoció que la lluvia dificultó su conducción.
Por otro lado, las despedidas protagonizaron la parte deportiva de este Gran Premio del autódromo «José Carlos Pace», además del récord ampliado del propio Vettel (nueve triunfos seguidos), así como su novena «pole» en 2013.
Así, la retirada de Webber acaparó los resquicios de atención que dejó su compañero de escudería y tetracampeón del mundo, y en su Gran Premio número 215 recibió los halagos de compañeros, aficionados y escuderías.
«Siempre echaré en falta algunas cosas, como correr en Suzuka, Spa y Mónaco», dijo este fin de semana el australiano de 37 años que deja la categoría reina del motor para correr con Porsche el Mundial de Resistencia (WEC por sus siglas en inglés) en 2014.
Según ejemplificó Webber, «llegar al límite en una vuelta de clasificación en Brasil es genial» y por ello tendrá «nostalgia de algunos circuitos de la F1».
Aún así, la pasión del piloto por esta competición que se estrenó con Minardi en 2002 ya no le «satisface más» y «no fue suficiente para continuar» porque según dijo en Interlagos, «había otras cosas de por medio».
Además, para el brasileño e ídolo local Felipe Massa que corrió su última carrera con Ferrari tras ocho años, en la que terminó séptimo, el Gran Premio de Brasil fue «muy emotivo», y ya el sábado, tras conformarse con la novena posición de salida, afirmó que consiguiendo podio o no, «de cualquier forma sería especial».
Pese al cariz sentimental que podría tener este gran premio con las salidas y retiradas de pilotos así como la incertidumbre del destino de otros, como los mexicanos Sergio Pérez y Esteban Gutiérrez y el venezolano Pastor Maldonado, pocos aficionados retaron a la lluvia para presenciar la última carrera del año.
Tampoco fueron muchas las caras conocidas que se dejaron ver por el «paddock» aunque no faltaron algunos habituales como el expiloto, campeón del mundo y actual presidente no ejecutivo de la escudería Mercedes, Niki Lauda, o el excorredor brasileño Rubens Barrichelo que visitó a alguno de sus antiguos equipos como Williams o Ferrari.
Así, fueron los expilotos los que más atención recibieron por parte de los afortunados que pudieron visitar el ‘pit lane’ antes de la carrera, entre ellos Emerson Fitipaldi, Damon Hill, Jacques Villeneuve y David Coulthard.
Por otro lado, otros menos esperados aparecieron casi por sorpresa en Interlagos, como el palista David Cal, el deportista español con más medallas olímpicas -cinco, un oro y cuatro platas- que de cara a la preparación para los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro en 2016, reside en Sao Paulo desde hace ya unos meses.
«Surgió la oportunidad de venir a ver la Fórmula Uno y como me gusta he venido a ver el Gran Premio», dijo a Efe Cal quien añadió que aunque el corredor español de Ferrari, Fernando Alonso, lo iba a tener «complicado» en Interlagos «siempre hay que apoyarle».
Macarena Soto/Sao Paulo, 24 nov (EFE).-