El incremento de los casos de dengue en Centroamérica, donde pasan de 100.000, se ha convertido en un problema grave de salud que plantea el desafío de controlar su transmisión, señaló hoy un experto en un congreso internacional sobre el tema en Panamá.
El entomólogo y médico del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (ICGS) de Panamá, Lorenzo Cáceres, dijo a Efe que el dengue es la enfermedad arboviral (trasmitida por artrópodo) «más importante» del momento, por los más de 96 millones de casos que se dan anualmente a nivel mundial.
El Instituto Gorgas y el ministerio panameño de Salud celebran en Ciudad de Panamá la II Reunión Internacional para el Control del Aedes Aegypti, con la participación de autoridades de salud de América Latina, investigadores, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el auspicio del Grupo Bayer.
Cáceres dijo que esta reunión sobre el control del Aedes Aegypti, vector del dengue, trata esta enfermedad como un «problema de salud» y analiza las alternativas «más factibles» para enfrentarla.
Resaltó que en Centroamérica, ahora mismo hay registrados más de 107.580 casos, lo cual, señaló, es «muy significativo» pues indica que a nivel de la subregión centroamericana, la enfermedad «sigue impactando e incrementándose».
Costa Rica, con 46.779 y Honduras, con 35.215, son los países con el mayor número de casos, seguidos de El Salvador (9.268), Nicaragua (8.046), Guatemala (6.896) y Panamá (1.378), según datos oficiales en lo que va de 2013 suministrados en la reunión.
Las muertes por dengue en Centroamérica totalizan 55, la mayor cantidad en Honduras (27) y Nicaragua (21), seguidos por 3 en Guatemala, igual cantidad en El Salvador y uno en Costa Rica.
Al menos 311 casos de dengue hemorrágico se han confirmado en la región, 143 en El Salvador y 136 en Costa Rica.
No obstante, sólo en Nicaragua y El Salvador se ha decretado la movilización nacional permanente para combatir la enfermedad.
El experto en transmisión de enfermedades por vectores del ICGS opinó que la propagación del dengue se ha convertido en un «problema de salud» que se «ha escapado» de las manos de este sector.
Es decir, indicó, «que los ministerios de Salud ya no pueden ellos solos dar respuesta a la situación de vigilancia, prevención y control de esta enfermedad».
Para el científico del Gorgas, es fundamental que exista una «decisión política» de las autoridades para acabar con el dengue, lo que pasa por disponer de recursos económicos, humanos y de logística para poder articular una estrategia integral que sea sostenible.
Explicó que la idea es fortalecer las alternativas que han tenido éxito en algunos países, y buscar nuevas para controlar el dengue que incorporen la participación activa de la población.
Si no se toma en cuenta a la población, las estrategias que impulsan los programas sanitarios de los ministerios de Salud de los países nunca van a tener sostenibilidad, afirmó.
También hay que rescatar aquellas estrategias fundamentadas en el saneamiento ambiental, educación comunitaria o sanitaria que fueron abandonadas en favor del uso de insecticidas sintéticos.
«Eso es lo que nosotros tenemos que retomar. Tal como se dice: Si no hay criadero no hay mosquito, y si no hay mosquito no hay dengue», sentenció.
El problema, reconoció, es que no hay estudios sociológicos que expliquen por qué la población no se involucra, y faltan también nuevos indicadores entomológicos para medir la transmisión del dengue porque los que se utilizan son los de Aedes de la fiebre amarilla.
Fabio Agrana/ Panamá, 21 nov (EFE).-