El democristiano Jean-Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo desde hace casi dos décadas, volvió a imponerse hoy en las elecciones legislativas del país, aunque registró un ligero retroceso que, unido al auge de los liberales, podría poner en peligro su continuidad como jefe de Gobierno.
El CSV de Juncker, con algo más del 33 % de los votos, continúa siendo la fuerza más votada en el Gran Ducado de Luxemburgo, aunque perdió 3 de los 26 escaños que obtuvo en las elecciones de 2009.
Ese retroceso fue aprovechado principalmente por los liberales del DP, que comandados por el joven Xavier Bettel pasaron de 9 a 13 diputados y serán la clave para la formación del Gobierno.
«Si estos primeros resultados se confirman, una cosa está clara: en estas elecciones hay un gran vencedor y es el DP», señaló Bettel, que es también alcalde de la capital del país, en una primera reacción ante sus simpatizantes.
La segunda opción posible pasaría por una coalición tripartita inédita en la historia del país, que uniría a liberales, socialistas y ecologistas y con la que se ha especulado repetidamente durante la campaña electoral.
Los socialistas del LSAP, que apoyaron desde 2004 el Gobierno de Juncker y que en julio forzaron su caída al considerarle responsable de un escándalo en los servicios secretos, repitieron los resultados de 2009 y son la segunda fuerza, con 13 diputados.
Durante la campaña, el líder socialista y hasta ahora ministro de Economía Etienne Schneider ha abogado por el cambio, dando a entender que sería más favorable a un pacto que dejase fuera a Juncker.
Schneider señaló tras conocerse los resultados que haber conservado los 13 escaños de la anterior legislatura «no se puede considerar una derrota», ya que ese número «nos permite igualmente quedarnos en el gobierno o constituir una oposición fuerte».
Los Verdes, por su parte, perdieron un escaño y dispondrán de 6 actas, con lo que el posible tripartito sumaría una ajustada mayoría de 32 escaños sobre los 60 de la Cámara de Diputados.
Por el momento, ninguna de las partes ha querido desvelar sus intenciones y el líder liberal se limitó a asegurar hoy que sólo participará en una coalición que garantice la puesta en práctica de su programa electoral, según declaraciones recogidas por el diario «L’Essentiel» en su edición digital.
El exprimer ministro democristiano y antiguo presidente de la Comisión Europea Jacques Santer reconoció que «el DP ha ganado muy claramente», en referencia a su fuerte subida, y llamó a prestar atención a los programas políticos para ver las posibilidades de coalición.
En los próximos días, el gran duque Enrique debe, como jefe del Estado, designar a uno de los candidatos para que explore las distintas opciones de formación de gobierno.
Juncker dejó hoy claro que considera que, como vencedor de los comicios, debe ser él quien dirija la colación gubernamental.
«Hemos logrado un gran éxito electoral, el CSV sigue siendo el partido más fuerte. Considero que la dirección de la coalición me corresponde», señaló ante sus simpatizantes.
Si finalmente Juncker perdiese el Gobierno, pondría fin a 18 años al frente del país y a tres décadas de presencia en el Ejecutivo.
El veterano dirigente, que en varias ocasiones ha sido planteado como posible presidente de la Comisión Europea, ha prometido que continuará en la política nacional incluso si no resulta reelegido primer ministro.
Luxemburgo, el segundo país más pequeño de la UE tras Malta, es también el socio más rico de la Unión, con una renta per cápita que dobla la media comunitaria.
Pese a ello, el país también se ha visto afectado por la crisis económica, con un ligero aumento del desempleo y un importante crecimiento de la deuda pública.
El verdadero desafío para el Gran Ducado llegará sin embargo en los próximos años, cuando forzado por la presión de sus vecinos pondrá fin al secreto bancario sobre el que se basa gran parte de su economía.
Mario Villar/Luxemburgo, 20 oct (EFE).-