El Nobel de Economía premió hoy el desarrollo de nuevos métodos para el estudio de los precios de los activos financieros, que se han convertido en herramientas en la investigación académica y en guía para la práctica inversora.
Los análisis empíricos de los precios de activos de los estadounidenses Eugene Fama, Lars Peter Hansen y Robert Shiller concluyeron con hallazgos «sorprendentes y contradictorios»: no es posible predecir su evolución a corto plazo, pero sí en períodos más largos, señaló en su fallo la Real Academia de las Ciencias Sueca.
La valorización de los activos financieros es una de las subáreas más activas en economía, con una importancia capital para los inversores y en macroeconomía, al proporcionar información relacionada con el consumo y la adquisición de capital físico, pero también para las decisiones sobre los ahorros de la gente común.
La posibilidad de predecir los precios de los activos está vinculada al funcionamiento de los mercados y a factores como el riesgo.
Los análisis estadísticos elaborados por Fama en la década de 1960 corroboraron que los precios anteriores tienen poca importancia para predecir la rentabilidad en el futuro inmediato.
En un estudio que Fama firmó en 1969 junto a otros tres investigadores se demostró que el mercado reacciona de forma rápida a las nuevas informaciones, pero luego el precio de las acciones resulta extremadamente complicado de predecir.
Cabría suponer que esa dificultad a corto plazo debería aumentar en períodos de tiempo mayor, pero las investigaciones empíricas de Shiller en mercados de acciones y bonos concluyeron lo contrario: a una alta relación del precio respecto al dividendo en un año le suele seguir una caída en años posteriores.
Y ese modelo predecible a largo plazo fue confirmado luego por otros investigadores en muchos otros mercados.
Hansen desarrolló una herramienta estadística, el Método Generalizado de los Momentos (GMM) para comprobar si los precios de acciones históricos se ajustaban al Modelo de Valoración de Activos Financieros (CCAPM), el más conocido para conectar esos precios con las decisiones de los individuos.
Su conclusión fue que este modelo debe ser rechazado, porque no puede explicar los datos, confirmando los hallazgos preliminares de Shiller: los precios de los activos fluctúan demasiado.
Los tres galardonados, que compartirán los 8 millones de coronas suecas (922.000 euros o 1,3 millones de dólares) con que está dotado el premio, figuraban en las quinielas previas, sobre todo Shiller, cuyo nombre lleva sonando como candidato desde hace años.
Shiller nació en 1946 en Detroit, se doctoró en 1972 en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y en la actualidad ejerce en la Universidad de Yale.
Nacido en 1939 en Boston, Fama se doctoró en 1964 en la Universidad de Chicago, a la que sigue adscrito, al igual que Hansen, trece años más joven y nacido en Illinois.
Fama, Hansen y Shiller suceden en el palmarés del galardón a sus compatriotas Alvin E. Roth y Lloyd S. Shapley, distinguidos el año pasado por sus estudios de «ingeniería económica» sobre los mercados y sus problemas de diseño.
El Nobel de Economía, cuyo nombre real es Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, fue instituido en 1969 por el Banco de Suecia, que lo financia, y es el único de los seis galardones que no fue designado por el magnate sueco que creó los premios hace más de un siglo.
La Real Academia de las Ciencias sueca es la encargada de otorgar el galardón, que tiene la misma dotación que el resto.
Los Nobel serán entregados el 10 de diciembre, aniversario de la muerte de su creador, en la tradicional doble ceremonia en Oslo, para el Nobel de la Paz, y en Estocolmo, para el resto.
Copenhague, 14 oct (EFE).-